'Corrientes y Esmeralda', tango de Buenos Aires
Corrientes y Esmeralda es una emblemática esquina porteña, identificada con la vida nocturna y bohemia –de hecho, el centro de la misma-, los espectáculos y los personajes de la ciudad y, por cierto, con el tango, la música ciudadana.
Paralela a la Avenida 9 de Julio, Esmeralda está a dos cuadras hacia el este, desde el Obelisco, en la intersección con la actual Avenida Corrientes (entre el final de la numeración 700 y principio del 800 de la avenida y final del 300 y principio del 400 de Esmeralda).
Ⓒ Enrique F. Widmann M. (IberInfo / Buenos Aires)
Desde la fundación de Buenos Aires por Juan de Garay, la actual Avda. Corrientes –que fuera la cuarta calle al norte de la Plaza Mayor, en la medición de 1608- se denominó calle del Sol (apenas un sendero entre el pastizal); calle de San Nicolás a partir de 1738, porque en ella se encontraba la iglesia de San Nicolás de Bari, donde ahora está el Obelisco; De Incháurregui desde 1808 (por el alavés José Santos de Incháurregui [1767-1811], regidor del Cabildo) y finalmente Corrientes, en 1822.
Esmeralda aparecía como calle de San Pablo y San Juan, en el Padrón de 1738; solo San Juan, en el plano de la División Eclesiástica de 1769; de Merlo o Del Retiro (denominación popular, porque salía a éste lugar), en el plano del Padrón de 1778; Correa (por Benito Correa, marino muerto en combate durante las invasiones inglesas) o del Hospital de San Miguel y Capuchinas, por el hospital de la Hermandad de la Santa Caridad, anexo a la iglesia de San Miguel (Bartolomé Mitre y Esmeralda) y al convento de Monjas Capuchinas de la iglesia de San Juan (Piedras y Adolfo Alsina), en la Manifestación de Mauricio Rodríguez de Berlanga, de 30 de junio de 1808 (denominación también de origen popular); asignándosele, por último, la denominación Esmeralda al tramo que va desde Rivadavia hacia el norte.
Fue en el año 1932 cuando el escritor y poeta Celedonio Esteban Flores, ‘el Negro’ (1896-1947) publicara uno de sus libros de poemas; incluyendo entre ellos el que titulara “Corrientes y Esmeralda”, que escribiera en 1922. Éste poema fue la base de la letra del tango, cuya música compusiera el pianista Francisco Pracánico (1898-1971).
LA LETRA
Sus versos dicen:
“Amainaron guapos junto a tus ochavas
cuando un compadrito los calzó de cross
y te dieron lustre las patotas bravas
allá por el año…novecientos dos…
Esquina porteña, vos hiciste escuela
en una melange de caña, gin fizz,
pase inglés y monte, bacará y quiniela,
curdelas de caña y locas de pris.
El Odeon se manda la Real Academia,
rebotando tangos el Royal Pigall
y se juega el resto la doliente anemia
que espera el tranvía para su arrabal.
De Esmeralda al norte, pa’l lao del Retiro,
Montparnasse se viene al caer la oración;
es la francesita, que se busca el mango
gambeteando el lente que tira el botón.
Te glosa en poemas Carlos De La Púa
y Pascual Contursi fue tu amigo fiel…
En tu esquina criolla cualquier cacatúa
sueña con la pinta de Carlos Gardel.”
EXPRESIONES Y SIGNIFICADO
Cabe recordar que aún no existía el Obelisco (inaugurado en 1936) y Corrientes era una calle más. Habiendo dejado de ser angosta tras la demolición –a partir de 1931- de parte de los edificios de la acera norte para convertirla en avenida, tras el ensanche, en 1936.
A no todos los hispano hablantes les resultan comprensibles los versos, en los que abundan expresiones propias de la ciudad y términos del lunfardo. Aun sin llegar a ser un tango “rante y canero”; es decir, bajo y carcelario (de “cana”, término aplicable al policía, vigilante, gendarme, carcelero y otros con similares funciones; asimismo, a los lugares donde se mantienen personas presas).
“Amainaron guapos junto a tus ochavas…” expresa que en las cuatro ochavas de las esquinas se reunían guapos; voz que no tiene el mismo significado que en España, sino que se refiere a los sujetos que no rehúyen la pelea, animosos, corajudos, temerarios e incluso pendencieros.
“…cuando un compadrito los calzó de cross…”, significa que un sujeto de buena apariencia y ropas les golpeó con la precisión de un cros (derechazo directo al mentón, en el boxeo). El compadrito de la letra, no es cualquier compadrito. Se refiere al famoso precursor de la aviación argentina Jorge Newbery (Jorge Alejandro Newbery Malagarie, 1874-1914) quien, además, era afecto al boxeo; llevando su nombre el Aeroparque Metropolitano de la ciudad de Buenos Aires. Newbery fue quién introdujera el boxeo en Buenos Aires y Celedonio Flores, autor de la letra, también lo practicaba.
En la esquina noroeste estaba el almacén y bar “El Guarany”, sucesor de una concurrida pulpería del siglo XIX; con única puerta en la ochava, que permitía el acceso a ambos locales: el almacén daba a Corrientes; el bar, a Esmeralda y tenía como habitués a gente del mundo del espectáculo (músicos, cantantes y artistas) que se presentaban en los escenarios de las numerosas salas de espectáculos de la zona. Como el antiguo “San Martín”, en Esmeralda 247 (entre Sarmiento y Cangallo), nacido en 1870 como pista de baile; el “Empire”, en Corrientes 699, esquina a Maipú (a una cuadra de Corrientes y Esmeralda), demolido en las obras de ensanche de la avenida y el “Ópera”, en Corrientes 860, entre Esmeralda y Suipacha, entre otros también citados en ésta reseña.
“El Guarany” tenía permanentemente una mesa reservada para Carlos Gardel y José Razzano, quienes se presentaban artísticamente en el “Teatro Esmeralda” (en el 443 de la calle de su nombre), sala que había nacido en el año 1908, con el nombre “Scala”, convirtiéndose en “Esmeralda” en 1915 y finalmente en “Maipo”, a partir del 15 de agosto de 1922, denominación que hasta ahora conserva.
En la zona, también estuvo activo (hasta el 15 de octubre de 1952) el café “El Nacional” (La Catedral del Tango), situado en Corrientes 980, a menos de dos cuadras de Esmeralda; en el que actuaron grandes figuras del tango y al que concurrían importantes figuras del arte, de los espectáculos y de la política.
En la esquina sudoeste, en un local comercial alquilado a la familia Alvear, estaba la confitería “El Buen Gusto", comercio de Carlos Colombo y Buzzo, donde elaboraban los chocolates "La Perfección"; siendo también un punto de reunión para compartir un rato con amigos y allegados, tomando un aperitivo.
“…y te dieron lustre las patotas bravas…”, equivale a decir que le dieron categorías las pandillas temerarias.
“…una melange de caña, gin fizz…” es una mezcla de caña argentina (bebida alcohólica con base de alcohol etílico de caña de azúcar, ampliamente difundida en toda América Latina, con diversas denominaciones y variantes en su elaboración); gin fizz (ginebra, jugo de limón y agua con gas).
“…pase inglés y monte, bacará y quiniela…” juegos de dados, naipes y lotería, por dinero.
“…curdelas de grappa y locas de pris…” borracheras de grappa (aguardiente de orujo con alta graduación alcohólica, que introdujeran inmigrantes italianos, suizos ticineses y españoles, elaborándose luego masivamente en la Argentina) y mujeres drogadas (pris, de prisse, droga en argot francés; generalmente un toque de cocaína).
“…El Odeon se manda la Real Academia…” evoca que el Odeon, teatro que estaba situado a pocos metros de la esquina, en la calle Esmeralda 367, entre Corrientes y Sarmiento (la siguiente calle paralela hacia el sur), se representó en el año 1897, por la compañía de la gran actriz madrileña María Guerrero (1868-1928) y su marido Fernando Díaz de Mendoza, la obra “La dama boba”, de Lope de Vega. La adhesión del público de Buenos Aires a los clásicos españoles era tan intensa en esa época que, ya en el rol de empresarios, el matrimonio Guerrero-Díaz de Mendoza hicieron construir el “Teatro Cervantes” (ahora Teatro Nacional Cervantes), situado en la Avda. Córdoba esquina a Libertad. En el Odeon también se realizó la primera proyección cinematográfica de la Argentina, el 18 de julio de 1896, cuando fueran proyectados con un kinetoscopio cortometrajes de origen francés, de los hermanos Lumière.
El gran edificio en el que estuviera el Teatro Odeón se construyó en el año 1891, según el proyecto del arquitecto Ferdinand Moog, por iniciativa y con financiamiento del empresario cervecero alemán Emilio Bieckert (originario de Barr / en el Alto Rhin), en el terreno donde antes estaba situado el Teatro Edén. El Odeon fue uno de los teatros más importantes de la ciudad en la primera parte del siglo XX.
Además del teatro, en los pisos superiores se encontraba el Royal Hotel (de Ludovico Schaefer, reconocido empresario del sector, que principios del siglo XX también fuera copropietario del Tigre Hotel, junto a E.E. Fischer). Hotel éste en el que el martes 25 de febrero de 1902 y el sábado 8 de marzo siguiente, el prestigioso oftalmólogo Dr. Pedro Lagleyze operara de cataratas en ambos ojos al general paraguayo Bernardino Caballero (ex presidente de la República [1880-1886] y fundador del Partido Colorado, en el vecino país).
En los bajos del edificio, con entrada por la ochava, funcionaba el restaurante Royal Keller (Keller, en alemán significa “sótano”). Fue centro de reunión de “Martín Fierro”, grupo vanguardista literario a mediados de la década 1920-1930; llegaron a llamarlo el “Olimpo de los literatos”; entre muchos escritores y artistas plásticos que concurrían habitualmente, cabe mencionar a Leopoldo Marechal, Emilio Pettorutti, Oliverio Girondo, Macedonio Flores, Xul Solar y Jorge Luis Borges.
En la primera mitad de la década del ‘30, el establecimiento hotelero cambió la denominación a la de “Hotel Roi”. El restaurante “Royal Keller” fue reemplazado por la “Confitería El Cabildo”.
Afectado por el paso del tiempo y el escaso mantenimiento, en 1985 fue declarado inmueble protegido "por su interés cultural y arquitectónico" aplicando la ley 14800, de 1959, que declara de interés nacional la actividad teatral. Pero el apetito voraz e insaciable de los intereses vinculados a los “negocios inmobiliarios” lograron que la protección fuera revocada durante la administración municipal que encabezaba Carlos Grosso, siendo demolido el edificio en 1991; construyéndose entonces una playa de estacionamiento (aparcamiento de automóviles) en esa valiosa zona céntrica de la ciudad. Finalmente, en el año 2012 comenzó a construirse la Torre Odeón, un proyecto de la empresa de arquitectura Dujovne-Hirsch, de 124 metros de altura. Fue inaugurado en el año 2019, con treinta y siete plantas de oficina, locales comerciales y dos salas de espectáculos.
El “Royal Pigall” fue el cabaret que estaba en Corrientes 825, a pocos metros de Esmeralda hacia Suipacha (la siguiente calle hacia el oeste). Al principio estuvo en la planta baja del “Teatro Royal” y, al cesar la actividad de la sala teatral, el “Royal Pigall” pasó a la planta alta. Cerró a principios de la década del ’20 y en el mismo lugar se inauguró el 7 de julio de 1924 el cabaret “Tabaris”, que años más tarde se convertiría en teatro de revista.
“…y se juega el resto la doliente anemia que espera el tranvía para su arrabal…” metafóricamente se refiere a los habituales concurrentes de los suburbios a esa esquina, generalmente personas de escasos recursos económicos que, ya extenuados, mal comidos y algo cargados de alcohol, con lo último de sus fuerzas volvían en tranvía hacia sus hogares suburbanos. Desde el 27 de febrero de 1870 en Buenos Aires se instalaron numerosos recorridos de tranvías, poniendo a Buenos Aires en el primer lugar entre las ciudades del mundo con ese tipo de transporte público, no habiendo otra que la superara en la relación kilometraje de vías / número de habitantes. Fue entonces que comenzó a apodarse como "Buenos Ayres, la cité des tramways”. Desde 1897 los tranvías fueron eléctricos.
“…De Esmeralda al norte, pa’l lao del Retiro,
Montparnasse se viene al caer la oración
es la francesita, que se busca el mango
gambeteando el lente que tira el botón…”
Esta cuarteta se refiere a las chicas, muchas de origen francés (las más cotizadas entonces, llamadas “franchutas papusas” (francesas hermosas, muy lindas) y también "troteras" (del francés trottoirs, aceras) que “hacían la calle”; acercando el Montparnasse parisino de los intelectuales y bohemios de los Années Folles (los años locos) al caer la oración (por la última “oración” de la liturgia, a eso de las 9 de la noche). Hora en la que salían a “pescar” algún cliente para hacerse “el mango” (el dinero, el peso); “gambeteando” (eludiendo) “el lente que tira el botón” (la mirada del agente de policía).
“…Te glosa en poemas Carlos De La Púa…” (Carlos Raúl Muñoz y Pérez, 1898-1950), también conocido como el Malevo Muñoz y, en ambientes elegantes como Carlos Muñoz del Solar; una de las grandes personalidades del lunfardo, poeta suburbano, amigo de artistas e intelectuales de su época, frecuentador y buen conocedor de los bajos fondos de Buenos Aires y de sus personajes: obreros de todos los oficios, estibadores del puerto, malandrines, prostitutas, personajes de la noche, que reflejaba en sus obras.
“…y Pascual Contursi fue tu amigo fiel…” Pascual Contursi (1888-1932) fue poeta, dramaturgo, músico y letrista de tango, autor de célebres composiciones, como “Bandoneón arrabalero”, “Ivette”, ”Ventanita de arrabal” y “Mi noche triste”, entre muchas otras.
“… cualquier cacatúa sueña con la pinta de Carlos Gardel”, vale decir, cualquier sujeto insignificante sueña con tener la imagen de Gardel. De hecho, Gardel no grabó este tango, aunque fuera de su agrado, evitándolo (quizá por razones de modestia propia de su personalidad) por estar directamente mencionado en su letra. O quizá haya existido alguna cuestión de derechos, ya que el sello Víctor los había adquirido y Gardel era artista exclusivo de Odeón. Hay referencias acerca de la interpretación de “Corrientes y Esmeralda” en presentaciones en vivo, en las que Gardel lo cantaba cambiando su nombre por el de Charles Boyer o Maurice Chevallier, dos franceses entonces famosos.
CELEDONIO FLORES Y SU TIEMPO
Celedonio Esteban Flores nació en Buenos Aires, en el porteño barrio de Congreso, el 3 de agosto de 1896.
Vivió los tiempos de un país que solo tenía el nombre de tal, porque su economía era dirigida desde afuera. Un país donde solo muy pocos disfrutaban lo que el trabajo de muchos producían y donde la cultura, sobre todo la poesía, era una franja angosta, muy estrecha, donde pocos elegidos podían tener el lujo de permanecer. La idealización del poeta por parte de la sociedad porteña en la época del Centenario (de la Revolución de Mayo, en 1910) era la de un caballero de buenas maneras, hábitos y letras; poseedor de un castellano puro, con cargo vitalicio en la estructura burocrática oficial y con un espacio reservado en los “buenos diarios” (los medios de prensa sostenedores del sistema).
Pudiéndose encontrar, también, algún anarquista inofensivo con la idea de que era cosa de seres superiores escribir y publicar libros de poesía.
Un momento histórico que encuentra a Buenos Aires y los suburbios convertido en un gran prostíbulo.
Sobre el tema, el filósofo, sociólogo, ensayista, crítico literario, historiador y escritor Juan José Sebreli (Juan José Pérez Sebreli, Buenos Aires, 1930), refiere lo siguiente:
“…Durante la década del veinte, bajo el gobierno refinado y liberal de Alvear, llegó al apogeo la llamada 'mala vida' de Buenos Aires. La compañía de revistas francesa de Madame Rasimi en 1922 y el Bataclán en 1923 introdujeron, junto con el auge del desnudo en los escenarios porteños, la moda de la cocaína. Alrededor del tráfico de drogas y de la trata de blancas se organizó una vasta red: los dancings de Alem, los cafetines de la Boca, los cabarets de la Corrientes angosta, de Paraná, de Maipú, los departamentos de la calle Esmeralda, el famoso café 'La Puñalada' de Rivadavia y Libertad, el restaurante 'Julien' de Esmeralda y Lavalle. Buenos Aires era, en esa época, el primer mercado mundial de carne humana. Años más tarde, en una novela francesa sobre el ambiente prostibulario —'Grisbi' (1953) de Albert Simonin—, dos rufianes en el ocaso recordaban con nostalgia: 'Para debutar, Londres; después, Alejandría, y Buenos Aires al final, que en ese tiempo era la verdadera mina de oro para la gente seria'.
Los rufianes se dividían en grupos de acuerdo con las nacionalidades. Los franceses, provenientes generalmente de Marsella, trabajaban solos y no tenían organización. Se reunían en los cafés comprendidos en la calle Suipacha, desde Corrientes a Lavalle y por Lavalle desde Cerrito a Esmeralda, especialmente en el 'Julien'. Recibían su correspondencia en una librería francesa de la calle Cerrito. 'Usan en el destierro —dice Soiza Reilly— el caló parisién tan lleno de imágenes y tan lleno de símbolos. Son casi todos hombres tristes. Turbios, flacos, barrigones, con bigotes de guerra'.
Las prostitutas francesas explotadas por estos rufianes eran las de más categoría y tenían la costumbre de andar de tarde, por la acera de la embajada francesa: fue así como se las llamó 'centinelas'.
Los rufianes polacos, por su parte, se organizaban en verdaderos sindicatos disfrazados de sociedades de socorros mutuos de la colectividad judía. En la Zwi Migdal con sede en una lujosa mansión de Córdoba al 3200 se efectuaban, en una falsa sinagoga con falsos rabinos, parodias de casamiento a las mujeres judías traídas con engaños.
La Zwi Migdal contaba con más de 500 socios y explotaba dos mil prostíbulos, donde trabajaban 30.000 mujeres.
El grupo más modesto lo formaban los rufianes criollos —llamados despectivamente por los franceses 'cafischo del café con leche'—, que en un comienzo se conformaban con explotar a una sola mujer y luego terminaban formando bandas dedicadas a robarse mutuamente las mujeres, a la vez que lucraban con el juego clandestino: el Gallego Julio y Ruggerito serían los más famosos…”
(“Buenos Aires, vida cotidiana y alienación”, Juan José Sebreli, Buenos Aires, 1964; Ediciones Siglo Veinte, 1964, página 121. Reeditado por Editorial Sudamericana, año 2003, ISBN 9789500724395)
La adolescencia y primera juventud de Celedonio Flores coinciden con este panorama.
La “Primera antología lunfarda” refiere que el mismo Celedonio Flores dijo: “…te voy a contar… A esa edad en que se hacen versos, ensayé los míos. Quise escribirlos delicados, sutiles, finos… pero había grandes contras en el camino ¿Cómo te ibas a tirar contra Amado Nervo o Rubén Darío? El naipe no daba pa’ tanto, hermano. Entonces, un día que estaba bien seco, en uno de esos días en que uno sueña con la lotería sin tener el billete, me abrí de aquella parada elegante y escribí ‘Margot’ ” (“Primera antología lunfarda”, José Gobello (1919-2013) y Luis Soler Cañas (1918-1984), Editorial Las Orillas, Buenos Aires, 1961).
Celedonio Flores falleció el 28 de julio de 1947 en el porteño barrio de Palermo.
A U D I O
“Corrientes y Esmeralda” fue uno de los tangos más populares en la década 1940-1950. Lo llevaron al disco, entre otros grandes músicos del género popular porteño, Osvaldo Pugliese con Roberto Chanel como vocalista (en 1944); Juan D’Arienzo (1945); Astor Piazzolla (1945); Ángel Vargas, con la orquesta típica de Armando Lacava, para el sello RCA Víctor (23 de abril de 1954); Edmundo Rivero, con la orquesta de Mario Demarco (1962), como uno de los temas del L.P. “Mano a Mano con Celedonio Flores”, para el sello Phillips (P 13956 L-año 1962) y Hugo del Carril con la orquesta de Armando Pontier (7 de julio de 1971).
Acá podemos escucharlo en la grabación realizada el 4 de mayo de 1945 en Buenos Aires, por Juan D’Arienzo (1900-1976) y su orquesta, cantando Alberto Echagüe (Juan de Dios Osvaldo Rodríguez Bonfanti, 1909 –1987), para el sello RCA Victor Argentina; en soporte disco de pasta (placa shellac) de 10" (25 cms) de diámetro, a 78 RPM, registro 60-0699 A. En realidad, es una versión reducida en la poesía (y así se transcribió precedentemente), con dos estrofas menos que la original que escribiera Celedonio Flores.
Cliquear sobre la imagen del disco para escuchar:
En el lado opuesto (60-0699 B) el disco trae el tango “Si supiera que la extraño”, de Carlos Waiss y Héctor Varela, en la interpretación de Juan D’Arienzo y su orquesta, cantando Armando Laborde.
Cliquear sobre la siguiente imagen para escuchar:
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