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Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba

La Santa Patrona de Cuba, Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, la Virgen de la Caridad del Cobre, la Virgen Mambisa o simplemente "Cachita" para muchos cubanos, es venerada por los católicos cubanos y también en los cultos sincréticos afrocubanos como Oshún (Òşun), la diosa del amor y del dinero, dueña de las aguas dulces.


ANTECEDENTES Y ORIGEN

Tras la llegada de la expedición de Cristóbal Colón a América, en su incesante y pertinaz búsqueda de oro, en los alrededores de Santiago de Cuba los españoles encontraron yacimientos de cobre de considerable importancia en la zona conocida como cerro de Cardenalillo, a unas cuatro leguas de Santiago.

El 11 de enero de 1546, la Corona Española -que tenía “negocios” con los empresarios banqueros Fugger und Welser, otorgó licencia real para la explotación de diez o más minas de cobre y levantar los edificios necesarios al fundidor alemán Johann Tetzel, de Nürnberg, con apoyo de capitalistas de la época. Así comenzó a desarrollarse el poblado Real Minas de Santiago del Prado. Con la muerte de Tetzel y el desinterés de los capitalistas germanos, se produjo una etapa de recesión en la actividad minera de la zona.

El 3 de mayo de 1597 el castellano capitán de artillería Francisco Sánchez de Moya, natural de Illescas (Toledo), recibió mandato del Rey Felipe II para establecerse en el poblado Real Minas de Santiago del Prado (que con el tiempo se llamaría simplemente El Cobre), para defender aquellas costas de los ataques de piratas ingleses.

Según documentos antiguos que se encuentran en el Archivo General de Indias, la llegada de la imagen de la Virgen de la Caridad a las serranías de la Sierra del Cobre, en Cuba, se produjo cuando Sánchez de Moya, por el mandato del 3 de mayo de 1597 del rey Felipe II, recibiera el encargo de erigir una pequeña iglesia, lugar donde soldados y mineros pudieran acudir a encomendarse y hacer sus oraciones a la venerada imagen de la Virgen de la Caridad. Antes de su partida hacia el Nuevo Mundo, este capitán mandó tallar en Toledo una réplica de la Virgen de la Caridad, llevándola por mar hasta la isla.

Sánchez de Moya llegó a Santiago de Cuba en 1599, con órdenes reales para comprar esclavos, reiniciar la explotación minera y fundar una iglesia en el lugar.

El 22 de abril de ese año se realizó la primera fundición, abriendo paso a una importante etapa de producción minera.

Vieja y nueva iglesia de Barajagua (en el actual municipio Cueto / Holguín), a la vera de la carretera de Mayarí

Fue así que Sánchez de Moya adquirió tierras en Barajagua, fundando el Hato del Rey, garantizando así la producción de alimentos para los trabajadores de las minas.

En las minas de Santiago del Prado se fue formando una población numéricamente importante, compuesta por negros y mulatos, esclavos y libres; algunos indígenas y varios blancos. Se sumaron algunos pobladores de Santiago que fueron a establecerse en la zona, donde no todos se dedicaban a la minería, sino que tenían intereses vinculados con la agricultura y la incipiente ganadería.

La comunidad indígena de la zona tendría relevancia en la historia de la Virgen de la Caridad del Cobre.


NACE LA LEYENDA

El Hato del Rey, en Barajagua, utilizaba la sal que se recogía en las salinas y los cayos de la cercana bahía de Nipe, situada en la zona sudoriental de Cuba, al norte de Mayarí y al sur de Banes (ambas en el este de la provincia de Holguín).

Es así que nace la leyenda, cuando un día de 1612 o 1613, aproximadamente, dos hermanos indígenas, Rodrigo y Juan de Joyos y un negrito criollo, Juan Moreno, entonces de unos 10 años, mientras comenzaban a regresar con su carga de sal, tras haber pasado tres días en esos parajes, encontraron flotando sobre las aguas de la bahía de Nipe la imagen de la Virgen Santísima, con un Niño Jesús en los brazos, sobre una tablita pequeña en la que, en letras grandes había una frase que leyó Rodrigo Rodrigo de Joyos y decía: “Yo Soy la Virgen de la Caridad”.

La llevaron al Hato de Barajagua, donde se construyó un altar provisional. Luego se instaló en el altar de la capilla del Hospital, donde según la tradición hispana había que emplazar una imagen de la Virgen de la Caridad, por sus características de madre protectora y benéfica; cerca de la población que ya tenía 114 bohíos con sus habitantes de diversos orígenes, donde unos y otros convivían e intercambiaban culturas.

La historia se mezcla con la leyenda sobre la aparición en la bahía de Nipe, documentada cuando, 75 años después que ésta ocurriera, el único testigo sobreviviente del milagro, hizo una declaración jurada donde involucrara en el relato de la milagrosa aparición al propio capitán Francisco Sánchez de Moya. ​ El relato se conserva en el Archivo de Indias de Sevilla, en el que bajo juramento eclesiástico el esclavo Juan Moreno contó cómo ocurrieron los hechos.

El documento donde se narra como encontraron la imagen fue encontrado en el Archivo de Indias de Sevilla por el prestigioso investigador, historiador, geógrafo, periodista y narrador cubano Leví Marrero (Santa Clara, 16 jul 1911-San Juan, Puerto Rico, 10 mar 1995); que se guarda bajo el título Audiencia de Santo Domingo, legajo 363 y se transcribe:


“En el lugar de las minas de Santiago de Prado, en primero día del mes de abril de mil seiscientos ochenta y siete años, el Señor Beneficiado Juan Ortiz Montejo de la Cámara, Cura Rector de la Parroquial de este dicho lugar, Juez Comisario, por el señor Licenciado Don Roque de Castro Machado, Juez Oficial Provisor, y Vicario general de la Ciudad de Cuba y su Distrito, por su Señoría muy Venerables Señores Dean y Cabildo de la Santa Iglesia Catedral De dicha Ciudad, a cuyo cargo está el gobierno temporal y espiritual de este Obispado, sede vacante, (signo ilegible) para que conste de la aparición y milagros de la SS.ma Virgen María Madre de Dios y Señora Nuestra de la Caridad y Remedios, hizo parecer el Capitán Juan Moreno, del cual fue recibido juramento por Dios y una cruz, que hizo según forma de derecho, prometió decir la verdad de lo que supiere y le fuere preguntado. Se le preguntó lo siguiente:

Fuéle preguntado como se llama, de donde es natural, que edad, estado y oficio tiene. Dijo: que se llama Juan Moreno, negro esclavo, natural de este dicho lugar, y que fue capitán de este dicho lugar, y que es de edad de ochenta y cinco años y casado. Y esto responde.

Preguntado, declare lo que sabe en razón de la aparición de Nuestra Señora de la Caridad y Remedios. Dijo que sabe este declarante que siendo de diez años de edad fue por ranchero a la Bahía de Nipe, que es en la vanda del norte de esta Isla de Cuba, en compañía de Rodrigo de Hoyos y Juan de Hoyos, que los dos eran hermanos y indios naturales, los cuales iban a coger sal y habiendo ranchado en Cayo Francés que está en medio de dicha Bahía de Nipe para con buen tiempo ir a la salina, estando una mañana la mar en calma salieron de dicho Cayo Francés antes de salir el sol los dichos, Juan y Rodrigo de Hoyos, y este declarante. Embarcados en una canoa para la dicha salina y apartados de dicho Cayo Francés, vieron una cosa blanca sobre la espuma del agua que no distinguieron lo que podría ser, y acercándose más les pareció pájaro y ramas secas. Dijeron dichos indios, parece una Niña, y en estos discursos, llegados reconocieron y vieron la imagen de Nuestra Señora de la Virgen Santísima, con un Niño Jesús en los brazos sobre una tablita pequeña, y en dicha tablita unas letras grandes las cuales leyó dicho Rodrigo de Hoyos y decían: “Yo Soy la Virgen de la Caridad”, y siendo sus vestiduras de ropaje se admiraron que no estaban mojadas. Y en esto llenos de gozo y alegría, cogiendo solo tres tercios de sal se vinieron para el Hato de Barajagua donde estaba Miguel Galán, Mayoral de dicho Hato y le dijeron lo que pasaba, de haber hallado a Nuestra Señora de la Caridad. Y el dicho Mayoral muy contento y sin dilación envió luego a Antonio Angola con la noticia de dicha Señora al Capitán Don Francisco Sánchez de Moya, que administraba las minas de dicho Lugar, para que dispusiese lo que había de hacer, y mientras llegaba la noticia pusieron en la casa de vivienda de dicho Hato un altar de tablas, y en él a la Virgen Santísima, con luz encendida, y con la referida noticia, el dicho Capitán, Don Francisco Sánchez de Moya, envió orden al dicho Mayoral Miguel Galán que viese una casa en dicho hato, y que allí pusiese la Imagen de Nuestra Señora de la Caridad, y que siempre la tuviese con luz.

Y para ello le envió una lámpara de cobre y se hizo la casa cubierta de guano cercada de tablas de palma. Y puesta en su altar esta Divina Señora dicho indio Rodrigo de Hoyos cuidaba de encender la lámpara, yendo de noche a reformar dicha lámpara, no hallaba a esta Divina Señora en su altar, y dando voces dicho Rodrigo de Hoyos al Mayoral y demás personas que venían, hasta veintiuna las personas que estaban en dicho Hato de Barajagua, les decía que la Virgen Santísima no estaba en su altar. Y haciendo todas las diligencias no la hallaban en su casa. Y al otro día por la mañana, volviendo a la casa, la hallaron en su altar, los vestidos mojados. Y esto se vio por dos veces, de cuyos milagros el Mayoral Miguel Galán dio aviso al Capitán Don Francisco Sánchez de Moya, el cual, luego que tuvo la noticia, dispuso que fuese al dicho Hato de Barajagua el Padre Bonilla, religioso de San Francisco, y no se acuerda de su nombre, solo sabe y se acuerda que estaba administrando el curato de este Lugar de las Minas del Cobre, y con toda prevención de cera le despachó acompañado de toda la Infantería del Real de estas minas y mucha gente de su población para que trajese a la Virgen Santísima, como lo hizo, en unas andas en procesión y la pusieron en un altar en la Iglesia Parroquial de este lugar, donde tenían a esta Divina Señora de la Caridad mientras le hacían una ermita, y deseando fuese en parte de su santísimo agrado le encomendaron al Espíritu Santo. Y para ello le hicieron una fiesta de Misa cantada y sermón, y discurriendo hacer Santa ermita encima de una loma que llaman la cantera se vieron tres luces arriba del cerro de la mina en derecho de la fuente. Y dichas luces se aparecieron y vieron por tres noches continuas con admiración de todos, y luego se desaparecían. Y por este milagro eligieron el Lugar donde se veían las luces para la ermita y Santa Casa de esta Divina Señora de la Caridad que hoy está en dicho cerro haciendo muchos milagros con los devotos que la llaman, y muchos frecuentan esta Santa Casa, viniendo a novenas de la Ciudad de Cuba, dista cinco leguas poco más o menos, y de la villa de San Salvador del Bayamo, que dista más de treinta leguas. Preguntando, diga los milagros que han llegado a su noticia de los muchos que esta Divina Señora de la Caridad ha hecho con los que invocan su Divino favor desde que tiene su Santa Casa en el dicho cerro de la Mina hasta el presente. Dijo que son muchos los milagros que ha hecho y hace cada día esta Divina Señora, que hoy está en su Santa Casa como dos cuadras más al Oeste de donde se hizo la primera Casa sobre dicho cerro de la Mina, la cual se retiró por estar el terreno más capaz, porque en el de la primera Casa estaba muy inmediato a la mina y arriesgado. Como se vio estando el hermano de Mathias de Olivera, servía a la Virgen Santísima de la Caridad, arrimado a una cerca de palos que guarnecía la parte de la Mina a librar del peligro a los que viniesen a la primera Casa, despidió la cerca y cayó nuestro hermano Mathías de Olivera en dicha mina que es profunda, y como se ve con el riesgo de que si alguno cae parece imposible escapar con la vida, y al caer estaba una mata de Magüey en aquella parte de la mina y a las voces que daba acudió la gente del Lugar y le vieron asido de una penca de Magüey de la dicha mata, Y estaba llamando Virgen Santísima de la Caridad, y le sacaron echándole unas sogas de que se agarró y solo por la providencia de esta Divina Señora pudo mantenerse en dicha penca de Magüey, siendo tan pequeña, y dicho Mathías de Olivera hombre corpulento, el cual, dando muchas gracias a Nuestra Señora de la Caridad decía que así que se despidió la cerca llamo a esta divina Señora, y se halló en el aire mantenido en dicha penca de Magüey. Y supo por haberlo oído decir ha dicho hermano Mathías de Olivera y a otras muchas personas, que habiendo faltado la manteca para la lámpara, que solo había la que estaba en dicha lámpara, que era muy poca, yendo dicho hermano a reconocer dicha lámpara, la halló llena de aceite, y se vio que duró dicho aceite dos días continuos hasta que vino manteca que se estaba aguardando de fuera del lugar, y oyó decir por muy cierto y notorio en este Lugar, que por dos veces halló el hermano Matías de Olivera a esta Divina Señora de la Caridad no estar en su altar y cuando venía la hallaba todos los vestidos mojados, y oían los que estaban en el trabajo de la Mina que dicho hermano decía: ¿De donde venís Señora? ¿Cómo me dejas aquí solo? ¿Por qué ensuciáis los vestidos si sabéis que no tenéis otros ni dineros con que comprarlos? ¿Cómo los traes mojados, deadonde venís mojada? Y que esto fue tan patente que se repartieron los vestidos en reliquia. Y en una ocasión fue tan grande la seca que hubo, que se secó el río que pasa por medio de este lugar, y la fuente que nunca se seca se secó aquella vez y pasaron mucho trabajo, yendo más de tres cuartos de legua a buscar el agua. Se dispuso hacer una rogativa a la Madre de Dios de la Caridad bajándola de su Santa Casa a la Iglesia Parroquial de este lugar y sacando a esta Divina Señora de su Santa Casa, que habría andado como dos leguas se levantó un gran viento y comenzó a llover tanto que volvieron a la Santa Casa y Pusieron en su altar a la Virgen SS.ma., y en un instante creció el río y cesó la seca. Siendo los milagros que esta Divina Señora hace muchos, siendo la manteca de su lámpara general remedio para todas las dolencias. Y que por muerte del hermano Mathías de Olivera, de allí a algunos días entró el hermano Melchor de los Remedios, el cual invocaba a la Virgen SS.ma. Señora Nuestra de la Caridad y Remedios, y así le llamarían todos en todas sus necesidades y en su Santísimo Rosario que le rezan todas las tardes a coros en su Santa Casa, le invocan Virgen SS.ma. María Madre de Dios y Señora de la Caridad y Remedios. Todo lo cual es la verdad, y así lo afirma como cristiano.

Leyéndosele de verbo ad verbun esta su declaración dijo estar bien escrita y se ratificó. No firmó porque dijo no saber escribir. Fírmalo su Merced de que doy fe. El Beneficiado Juan Ortiz Montejo de la Cámara. Ante mí: Antonio González de Villarroel. Notario Mayor Público.”



LA VIRGEN DE LA CARIDAD DEL COBRE, CUBA, EL PUEBLO Y LA PATRIA

La Virgen de la Caridad del Cobre siempre estuvo y sigue estando junto al pueblo de Cuba.


No se presentó ante un personaje destacado de la Isla, ni a un importante miembro de la Iglesia, al dueño de las minas ni a alguno de los propietarios de las grandes haciendas del área de la bahía de Nipe, sino a muchachos del pueblo; ese pueblo que comprendiéndolo así, hizo suya esa profunda devoción e intensa fe.

Desde que surgiera el sentimiento de ser cubano, fue acompañado por la devoción que se hizo una característica propia del patriotismo.

Tanto es así que las efigies y las medallas de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre que llevaran las cubanas, llegaron a ser consideradas como ostentación del nacionalismo cubano.

Efectivamente, desde mediados del siglo XIX la Virgen fue identificada como atributo del nacionalismo cubano. De hecho, hacia 1851 las misas votivas a la Virgen, llegaron a considerarse por la administración y por los españoles encumbrados de Camagüey como sediciosas, en las que se impetraba la separación de la Isla del poder colonial de la corona española.

Antonio Maceo Grajales

Antonio Maceo, Mayor General del Ejército Libertador, combatiente por excelencia y verdadero maestro en el empleo de la táctica militar, fue bautizado con el nombre de Antonio de la Caridad Maceo Grajales, por devoción de su madre, Mariana Grajales. Así surge de la partida de bautismo labrada el 26 de agosto de 1845, en la iglesia Santo Tomás Apóstol (Libro de pardos no. 17, folio 126, número 212), de la que surge que fue su padrino el licenciado Ascencio de Acencio y Ayllón y madrina doña Salomé Herrado.

Nuestra Señora de la Caridad fue devoción de los combatientes mambises del Ejército Libertador durante las Guerras de Independencia de Cuba (Mambí es el término que identifica a los combatientes independentistas de origen popular).


Dice la copla popular:

“Virgen de la Caridad,

Patrona de los cubanos,

con el machete en la mano

pedimos la libertad…”

Tropas de caballería mambí


Estuvo presente en las luchas independentistas, sobre todo en las tropas formadas por gente de pueblo -muy devota- y también por sus dirigentes, procedentes de la burguesía criolla. Por también se la llama la “Virgen Mambisa”.

Al iniciarse la Guerra, la Virgen de la Caridad acompañó a los patriotas en los llanos y en las montañas alentando sus corazones, llevando su imagen y la cinta tricolor de su altura –la “medida”- rodeando la copa del sombrero alón.

A Ella se encomendaban en el combate, para Ella había velas encendidas en el altar de campaña aunque la comida escaseara, a Ella habían consagrado su lucha seguros de que les daría la victoria. La Fe les daba la fuerza.

Don Carlos Manuel de Céspedes, Padre de la Patria, ocupó el poblado de El Cobre el 24 de noviembre de 1868. Fue hasta el templo y, acompañado por el sacerdote a cargo del mismo, oró en silencio postrado al pie del altar de la Virgen de la Caridad, por el bien de su amada tierra.



Carlos Manuel Perfecto del Carmen de Céspedes y López del Castillo.


FIN DEL DOMINIO ESPAÑOL

A fines de 1897 los independentistas vislumbraban la victoria final cuando un hecho imprevisto cambió el rumbo de la guerra: el 15 de febrero de 1898 el acorazado USS “Maine”, que realizaba una visita, explotó mientras estaba fondeado en la bahía de La Habana. Convenientemente para los EE. UU., donde había una fuerte corriente azuzada por los intereses económicos y la “prensa amarilla” que propiciaban el ingreso en la Guerra contra España.

El hecho trajo aparejada la participación de los EE. UU. en la contienda, que poco después declaraba la guerra a España.

Los combates se trasladaron al mar y la flota realista no pudo enfrentar con éxito a los modernos acorazados estadounidenses.

Gral. Calixto Ramón García Iñíguez, el León Holguinero

La superioridad militar de las tropas estadounidenses, con el apoyo de los combatientes cubanos al mando del general Calixto García, presionaron a los españoles, que se rindieron tras la caída de Santiago de Cuba, en 1898. Se pasó entonces a la ocupación estadounidense de Cuba, hasta 1902.

Por el Tratado de París, España renunció a su soberanía sobre Cuba, Puerto Rico y Filipinas, dejándole campo abierto a los Estados Unidos para su intervención y ocupación. La exclusión de representantes de los tres territorios puso en evidencia el ánimo colonialista de los EE. UU., despreciando a las fuerzas independentistas que durante décadas llevaran el mayor peso de la guerra. El Ejército Libertador fue ninguneado en el Tratado de París, tanto en las conversaciones como en la firma de la paz.


LA MISA DE LA DECLARACIÓN MAMBISA DE INDEPENDENCIA DEL PUEBLO CUBANO

My.Gral Agustín Cebreco Sánchez

Tras ese agravio moral, el general Calixto García, Jefe del Ejército Oriental, comisionó al general Agustín Cebreco Sánchez para que, con su estado Mayor, se trasladaran al Cobre (de donde era nativo Cebreco, combatiente desde los 15 años) donde, el 8 de septiembre de 1898 los luchadores cubanos celebraron el triunfo patriota sobre España, en solemne misa a los pies de la Virgen de la Caridad del Cobre. Ocasión en la que el Rev. Padre Desiderio Mesnier (1852-1913), hombre de la Iglesia de probada fidelidad a la fe y a la Patria, dijera: “…los cubanos tienen en la Virgen de la Caridad una madre que los enseñara a consolidar una República…”.

La celebración litúrgica –de hecho, el primer acto de Cuba Libre- pasaría a la Historia como la “Declaración Mambisa de Independencia del Pueblo Cubano”.

La ocupación estadounidense se inició oficialmente el 1 de enero de 1899, en virtud de lo estipulado en el Tratado de París, firmado entre España y Estados Unidos el 10 de diciembre de 1898. Esta ocupación hollaba la soberanía cubana, por la cual había luchado el Ejército Libertador en la Guerra de Independencia. El primer gobernador militar impuesto por Estados Unidos, John R. Brooke, dividió a la Isla Grande del Caribe en siete departamentos, poniendo al frente de cada uno de ellos a un general del ejército de ocupación, quedando él mismo como la autoridad suprema, que ejecutaba por medio de órdenes militares. El 20 de diciembre de 1899 Leonard Wood, gobernador de Santiago de Cuba, sustituyó a Brooke en el gobierno de ocupación de Cuba.

Los cubanos todos no podían aceptar esa realidad, tras largos años de cruenta lucha por la Independencia. El descontento latente operó como factor de presión y por la Orden Militar 301, dada por Wood el 25 de julio de 1900, se convocó la Convención Constituyente que adoptaría una constitución para el pueblo cubano; aunque con soberanía limitada, ya que los miembros de la Convención tuvieron que acordar con el gobierno de Estados Unidos las relaciones con la futura República de Cuba, dejando abierta la posibilidad de una nueva intervención, aunque parezca insólita ¡Como garantía de Independencia!, incorporada por la llamada Enmienda Platt, aprobada por la Asamblea Constituyente el 12 de junio de 1901.


LA REPÚBLICA DE CUBA

Aprobada la Constitución de la República de Cuba, se convocaron y celebraron elecciones generales; resultando electo como presidente Tomás Estrada Palma, naciendo la República de Cuba el 20 de mayo de 1902, con la toma de posesión del mando por éste. No obstante, la intervención estadounidense se prolongó en el tiempo, hasta 1909, durante la presidencia de José Miguel Gómez; acordándose en 1903 el arrendamiento de la Base Naval de la Bahía de Guantánamo (Guantanamo Bay Naval Base), que hasta hoy sigue en manos de los EE. UU.

20 de mayo de 1902: alegoría Cuba Libre


La imagen de la Caridad del Cobre está vinculada a la Historia Patria, acompañando a las fuerzas del Ejército Libertador en la lucha contra el colonialismo hispano.


VIRGEN DE LA CARIDAD DEL COBRE, PATRONA DE CUBA

Fueron veteranos de las luchas por la independencia quienes en 1916, ya en la República peticionaran por escrito, solicitando a Su Santidad el Papa Benedicto XV que se proclamara a la Virgen de la Caridad del Cobre Patrona de la República de Cuba.

En una mañana de septiembre de ese año los Veteranos de las Guerras de la Independencia, portando una bandera cubana como ofrenda a la Virgen, se dirigieron a la Villa del Cobre. Mas de dos mil mambises, a caballo, como en los días de lucha, con seis Generales de la epopeya al frente, marcharon hacia el Santuario. Allí se reunieron Generales, Coroneles, Comandantes, Capitanes, Soldados todos del Ejército Libertador, junto al Pueblo.

El mayor general Agustín Cebreco, con la bandera de la estrella solitaria en sus manos, la ofrendó en nombre del Ejército Libertador a la Virgen de la Caridad, como símbolo de la unión eterna de la Patria cubana con la Reina del Cielo.

La misiva, dada y fechada en el Santuario del Cobre el 24 de septiembre de 1915, fue firmada por el mayor general Jesús Rabí y otros oficiales jefes como Agustín Cebreco y Tomás Padró Valiente; los generales de brigada Tomás Padró Griñán, Vicente Miniet y Bernardo Camacho; el general Luis Bonne; los tenientes coroneles Rafael Gutiérrez y José Dolores Vicente; el coronel Pedro P. Díaz; los comandantes Ramón Garrigas y Antonio Pacheco; el sub-prefecto Nicolás Torres; el sargento Raimundo Lora, los soldados Ramón Rodríguez, Juan de la Caridad Pérez, Rafael Argilagos, Julio Sánchez, Otilio Álvarez, Pedro Núñez, Diego Estrada, Alcibiades Villegas, Patricio Vinent, y muchos otros militares de todos los rangos. Para conocimiento de todos, dio lectura de ella el general Tomás Padró Sánchez-Griñan, expresando entre otros conceptos:


“…No pudieron ni los azares de la guerra, ni los trabajos para librar nuestra subsistencia, apagar la fe y el amor que nuestro pueblo católico profesa a esa Virgen venerada; y antes al contrario, en el fragor de los combates y en las mayores vicisitudes de la vida, cuando más cercana estaba la muerte o más próxima la desesperación, surgió siempre como luz disipadora de todo peligro o como rocío consolador para nuestras almas, la visión de esa Virgen cubana por excelencia, cubana por el origen de su secular devoción, y cubana porque así la amaron nuestras madres inolvidables, así la bendicen nuestras amantes esposas y así la han proclamado nuestros soldados…”.

El papa Benedicto XV (1916)

Óleo sobre tabla, 60 x 43 cm. Benedicto XV (Giacomo della Chiesa, Pegli, Génova /1854-Roma, 1922)

Museo del Prado - Madrid

El Sumo Pontífice, accediendo a la petición, el 10 de mayo de 1916 firmó el decreto de proclamación de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre como Patrona de la República de Cuba.

Cerca de dos décadas más tarde, la petición que el episcopado cubano hiciera al papa Pío XI para la Coronación recibió respuesta aprobatoria en un largo documento que, en representación de S.S. el Papa firmara el Cardenal Eugenio Pacelli, futuro papa Pío XII.


LA CORONACIÓN

Fue durante el Congreso Nacional Eucarístico, celebrado en la Alameda Michaelsen, en Santiago de Cuba, con la presencia de unas cincuenta mil personas, cuando se efectuara la coronación. En este acto se entonaron las notas del Himno dedicado a la Virgen compuesto por el maestro de música santiaguero Manuel Figueroa Morales.

Todo el pueblo festejó tal acontecimiento, sobre el que informara ampliamente la prensa de toda Cuba, registrándose además en el “Álbum Conmemorativo del Congreso Eucarístico y Coronación de la Santísima Virgen de la Caridad del Cobre”, P. Fernández y Cía. s.C., 1936, La Habana, pags. 15-16).

Los días 19 y 20 de diciembre de 1936 se celebró en Santiago de Cuba, capital de la entonces provincia de Oriente, el Primer Congreso Eucarístico Nacional, en el que se llevara a cabo la solemne Coronación de la Imagen de la Virgen de la Caridad.

Una enorme muchedumbre se concentró en la Alameda Michaelsen (en la actual Avenida Jesús Menéndez, que corre prácticamente paralela a la costa de la Bahía de Santiago, a partir del Club Náutico hasta la Aduana, bordeando la Alameda), para estar presentes en el magno acontecimiento. Fue el mayor acto público católico celebrado hasta entonces en Cuba. Cerca de 60.000 personas- incluyendo unos 30.000 peregrinos llegados desde otras provincias y el exterior, una cifra extraordinaria entonces.

Santiago de Cuba, diciembre de 1936 - Altar emplazado en la Alameda

con motivo del Congreso Eucarístico . Coronación de Nta. Sra. de la Caridad del Cobre

Un gran altar fue emplazado previamente en la Alameda, donde también fue izada la Gran Bandera de los Veteranos. En dicho altar se llevaron a cabo los distintos actos religiosos programados con motivo de la Coronación de la Virgen de la Caridad del Cobre, cuya imagen –transportada en carroza desde su Santuario- tuvo lugar central en mismo, mientras el pueblo la vivaba con voces de “¡Viva la Patrona y Reina de Cuba!”.

Presidió la ceremonia el Arzobispo de Santiago de Cuba, Monseñor Valentín Zubizarreta y Unamunsaga, acompañado por los Obispos de Camagüey, Cienfuegos y La Habana.

El pueblo presenció emocionado el momento en el que Mons. Valentín Zubizarreta colocara sobre las cabezas de las imágenes de la Madre y del Hijo sendas espléndidas coronas de oro y piedras preciosas, regalo de agradecidos devotos de la Virgen.

Tras la ceremonia, la Virgen Caridad fue llevada en manos por Monseñor Zubizarreta, hasta la carroza que la llevaría a su Santuario.

La imagen venerada en Cuba mide unas 16 pulgadas (poco más de 40 centímetros) de alto. La cabeza está hecha de arcilla cocida, cubierta con una capa de polvo blanco fino. Sus pies descansan sobre una luna brillante, mientras que los ángeles extienden sus alas de oro en una nube de plata. El niño Jesús levanta su mano derecha como en una bendición y en su mano izquierda sostiene un globo de oro. Hay imágenes populares que agregan una pancarta por encima de la cabeza con la frase latina “Mater Caritatis Fluctibus Maris Ambulavit” (“Madre de la Caridad, que camina sobre las olas del mar”). En los primeros tiempos, las túnicas de la imagen eran blancas. Con los años, otras ropas fueron confeccionadas con bordados en oro y plata, incluyendo el Escudo Nacional de Cuba.


1959: LA MARCHA POR LA PAZ, EN CAMAGÜEY

El 11 de enero de 1959, pocos días después de la huida del dictador Fulgencio Batista y el triunfo de la Revolución, se realizó La Marcha por la Paz, en Camagüey.

El diario “Adelante”, que entonces era un periódico diario (y lo fue hasta no hace mucho tiempo), ahora semanario, informaba detalladamente, con ilustraciones fotográficas, en su edición del lunes 12 de enero de 1959, sobre la procesión religiosa con la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, desarrollada el día domingo previo e informaba al respecto que:

“…No se recuerda en los últimos cincuenta años una procesión mayor en Camagüey, que la que durante casi tres horas pasó por nuestras principales calles ayer domingo, llevando en peregrinación gloriosa a la Virgen de la Caridad, escoltada por el Ejército Rebelde del Movimiento 26 de Julio que la invocaba siempre entre sus frecuentes oraciones…”. Agregaba que la procesión era el reflejo de “…una expresión magnífica de religiosidad y del contenido espiritual de la lucha que nos ha dado la ansiada Libertad…” y testimoniaba el agradecimiento sincero a la Madre de los cubanos de parte de millares de fieles católicos camagüeyanos y de los soldados rebeldes recién llegados al llano desde la Sierra Maestra.

"Adelante" -Camagüey, 12 de enero de 1959 - Marcha por la Paz

La Procesión de la Paz realizó un extenso recorrido camagüeyano, partiendo de la Avenida de los Mártires, siguiendo por su continuación, la calle República hasta la Plaza del Gallo, continuando por Estrada Palma (hoy Ignacio Agramonte) pasando frente a la casa natal del Mayor, doblando en la esquina del Correo por la calle Cisneros, cruzando el río Hatibonico para ingresar a la Avenida de la Libertad, ya en el barrio de la Caridad, hasta alcanzar la plazoleta del templo de Nuestra Señora de la Caridad, cerca del final de la mencionada avenida, entre las calles Coronel Bringas y Sociedad Patriótica; templo que guarda la imagen de la Virgen de La Caridad, réplica de la que se encuentra en el Santuario Nacional de El Cobre.

Según la reseña que publicara “Adelante” unos 20.000 peregrinos participaron en la procesión: miembros de instituciones religiosas, de los colegios católicos, de los centros católicos de beneficencia y una gran mayoría de gente del pueblo.

Presidió la ceremonia el entonces Obispo de Camagüey, Monseñor Carlos Ríu y Anglès (Sant Andreu de Palomar, Barcelona, 7 de enero de 1901 –Tampa, FL, EE. UU., 1 de diciembre de 1971), oficiando los presbíteros Salvador Basulto, Filiberto Martínez y el padre Miguel, de los Agustinos. En el atrio del templo fue cantado un Te Deum por el Coro de los R. P. Carmelitas.

La imagen de la Virgen de la Caridad en una tarjeta postal del periódico "El Camagüeyano", en 1957


HEMINGWAY, EL NOBEL DE LITERATURA Y LA VIRGEN

Ernest Miller Hemingway (Oak Park, Illinois, 21 jul 1899-Ketchum, Idaho, 2 jul 1961) escritor y periodista estadounidense, fue uno de los principales novelistas y cuentistas del siglo XX. Tuvo gran vinculación con Cuba, donde residiera en los años ’40 y ’50.

En 1951 escribió el borrador de “El viejo y el mar” en ocho semanas, considerando que era “lo mejor que puedo escribir durante toda mi vida”.

Ernest Hemingway

“El viejo y el mar”, que fuera seleccionado como Libro del mes, convirtió a Hemingway en celebridad internacional, recibiendo el Premio Pulitzer el 4 de mayo de 1953, determinante para que al año siguiente fuera postulado y finalmente se le otorgara el Premio Nobel de Literatura, en octubre de 1954, por su obra completa.

Si bien no pudo estar presente en el Banquete del Nobel, realizado en el Ayuntamiento de Estocolmo el 10 de diciembre de 1954, fue representado, siendo leído su discurso por John M. Cabot, embajador estadounidense ante Suecia, a quien se hizo entrega del premio y los atributos.

La medalla que acredita la recepción del Premio Nobel por parte de Hemingway, fue depositada por éste en la Capilla de los Milagros del Santuario del Cobre y allí está hasta ahora, a la vista de quienes allí acuden, destacando sobre los trofeos, preseas obtenidas en competencia deportivas, incluso olímpicas, pelotas de béisbol, piedras preciosas, cartas y objetos personales entregados en ofrenda a la Virgen.

Hemingway, vinculado afectivamente a Cuba, dijo entonces que entregaba la medalla a la Santa Patrona, haciéndolo en reconocimiento al pueblo cubano, inspirador de su obra “El viejo y el mar”.


BASÍLICA SANTUARIO NACIONAL DE NUESTRA SEÑORA DE LA CARIDAD DEL COBRE

La Basílica Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre​ es una basílica menor de la Iglesia Católica dedicada a la Santísima Virgen, situada cerca de Santiago de Cuba donde cada año, el 8 de septiembre se le rinde homenaje.

El primer santuario se desplomó en 1906, como consecuencia de las explosiones y excavaciones en las minas cercanas. El santuario del Cobre fue proclamado como Basílica por Pablo VI el 22 de diciembre de 1907.

Actualmente es Basílica Menor de la Iglesia Católica, con su edificio construido en 1926, inaugurado el 8 de septiembre de 1927.

Está situada en el pueblo de El Cobre, hacia el oeste de Santiago de Cuba, ciudad de la que dista unos 20 kilómetros, saliendo de Santiago por el reparto Marimón (Avda. de las Américas y Camino Viejo del Cobre) o unos 24 kilómetros, saliendo por el reparto La Risueña y el poblado de Cuabitas (Carretera Central, de la que se sale, hacia la izquierda, a la altura de la gasolinera CUPET Melgarejo, en el poblado de Grillo).

Emplazada en el promontorio de Santiago del Prado, municipio de El Cobre, en la provincia oriental de Santiago de Cuba, tiene tres naves, con fachada principal simétrica. Su estructura central concluye en una cúpula y las naves laterales están rematadas por dos torres coronadas por cúpulas de ladrillo rojo, con campanarios en un nivel más bajo. El altar es de plata maciza, con objetos ornamentales de gran valor.

Aislada en la colina Cerro de la Cantera, se vincula con la localidad a través de un sendero de 254 escalones, que a veces suben de rodillas los creyentes motivados por la fe popular.

La basílica se encuentra dentro de la circunscripción de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.

Es uno de los sitios religiosos más venerados por el pueblo de Cuba que llega desde las ciudad y pueblos de la Isla Grande. Desde toda la Nación llegan los fieles, buscando en la Patrona de Cuba el consuelo espiritual, la solución para sus anhelos y para los problemas que afectan a las personas.

En el Santuario del Cobre se celebran misas cada mañana.

Quienes visitan el Santuario suelen llevar a sus hogares pequeñas piedras en las que brilla el cobre presente en las formaciones minerales de la zona. Las mantienen de distintas formas: en vaso o recipientes de vidrio transparente, con agua; en los bolsillos, en bolsos e incluso envueltas en tela llevándolas colgadas al cuello con un cordón. Se dice que son una protección especial contra los males, como guardianes de un futuro noble en lo personal y familiar.



OFRENDA MUSICAL: “A LA CARIDAD DEL COBRE”

María Victoria Rodríguez Sosa (nac. en La Habana, 24 jun 1968), ‘La voz de oro de la música guajira’, interpreta “A la Caridad del Cobre”, tema 12 de su cuarto álbum “Entre dos aguas”, del sello discográfico cubano Bis Music, que fuera presentado en el concierto ofrecido el 15 de marzo de 2015 en el Teatro Mella (calle Línea entre A y B, en el Vedado habanero).

El concierto fue también un homenaje a Celina González, fallecida poco antes, el 4 de febrero, quien fuera integrante del célebre dúo de música guajira de los años ’50 “Celina y Reutilio”, siendo la mayor parte de los temas del álbum de la autoría de estos artistas, con más un par de la propia María Victoria Rodríguez, todos encuadradas en el marco de la devoción y la fe.

Se puede escuchar cliqueando sobre el siguiente título del tema:




NICOLÁS GUILLÉN

El gran poeta camagüeyano Nicolás Guillén (Nicolás Cristóbal Guillén Batista, Camagüey, 10 de julio de 1902 - La Habana, 16 de julio de 1989), también le dedico versos de su creación:


A la Virgen de la Caridad

Virgen de la Caridad, que desde un peñón de cobre esperanza das al pobre y al rico seguridad.

En tu criolla bondad, ¡Oh, Madre!, siempre creí, por eso pido de ti que si esa bondad me alcanza, des al rico la esperanza la seguridad a mí.

(Publicado en “Tengo”, obra poética de Nicolás Guillén, edición de la Universidad Central de Las Villas, año 1964 - Página 164)

VISITAS PAPALES

El Santuario de El Cobre recibió a tres pontífices de la Iglesia:

Juan Pablo II, quien el 24 de enero de 1998 coronó personalmente a la Virgen como patrona de Cuba, durante su histórica visita a la Isla.

Posteriormente el 26 de marzo de 2012 arribó al Aeropuerto Internacional Antonio Maceo, de Santiago de Cuba, SS el Papa Benedicto XVI, procedente de Guanajuato (México). El mismo día, celebró la Santa Misa con ocasión del 400° aniversario del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, en la Plaza Antonio Maceo, del Santiago de Cuba. El 27, visitó el Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre y posteriormente, por vía aérea, fue trasladado desde Santiago de Cuba hasta el Aeropuerto Internacional José Martí (La Habana).

En la mañana del día 28 de marzo, celebró la Santa Misa en la Plaza de la Revolución de La Habana, ciudad de la que se despidiera en horas de la tarde. Ocasión en la que ya sobre el fin de la visita a la Isla denunció el embargo estadounidense a Cuba, refiriéndose a la situación agravada del pueblo “….cuando medidas económicas restrictivas impuestas desde fuera del país pesan negativamente sobre la población", en una clara condena al bloqueo que Estados Unidos ejerce sobre Cuba desde hace más de medio siglo.

En el año 2015, S.S. el Papa Francisco estuvo en Cuba. Llegó el sábado 19 de septiembre y el día siguiente, domingo 20, celebró una multitudinaria misa en la Plaza de la Revolución ante cerca de un millón de personas, entre ellos 3.500 invitados oficiales, como el presidente cubano Raúl Castro y la entonces presidenta de la Nación Argentina Cristina Fernández de Kirchner; durante cuyo desarrollo S.S. pidió a los cubanos cuidar y servir de modo especial a los más frágiles. Posteriormente, el Papa Francisco estuvo en El Cobre los días 21 y 22 de septiembre

El 21 de septiembre de 2015, S.S. el Papa Francisco pronunció una oración a Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, en el Santuario de la Virgen, en la oriental localidad de El Cobre; fue la que también rezara ante ella San Juan Pablo II, antes de coronar su imagen, el 24 de enero de 1998, y es la siguiente:


¡Virgen de la Caridad del Cobre,

Patrona de Cuba!

¡Dios te salve, María, llena de gracia!

Tú eres la Hija amada del Padre,

la Madre de Cristo, nuestro Dios,

el Templo vivo del Espíritu Santo.

Llevas en tu nombre, Virgen de la Caridad,

la memoria del Dios que es Amor,

el recuerdo del mandamiento nuevo de Jesús,

la evocación del Espíritu Santo:

amor derramado en nuestros corazones,

fuego de caridad enviado en Pentecostés sobre la Iglesia,

don de la plena libertad de los hijos de Dios.

¡Bendita tú entre las mujeres

y bendito el fruto de tu vientre, Jesús!

Has venido a visitar nuestro pueblo

y has querido quedarte con nosotros

como Madre y Señora de Cuba,

a lo largo de su peregrinar

por los caminos de la historia.

Tu nombre y tu imagen están esculpidos

en la mente y en el corazón de todos los cubanos,

dentro y fuera de la Patria,

como signo de esperanza y centro de comunión fraterna.

¡Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra!

Ruega por nosotros ante tu Hijo Jesucristo,

intercede por nosotros con tu corazón maternal,

inundado de la caridad del Espíritu.

Acrecienta nuestra fe, aviva la esperanza,

aumenta y fortalece en nosotros el amor.

Ampara nuestras familias,

protege a los jóvenes y a los niños,

consuela a los que sufren.

Sé Madre de los fieles y de los pastores de la Iglesia,

modelo y estrella de la nueva evangelización.

¡Madre de la reconciliación!

Reúne a tu pueblo disperso por el mundo.

Haz de la nación cubana un hogar de hermanos y hermanas

para que este pueblo abra de par en par

su mente, su corazón y su vida a Cristo,

único Salvador y Redentor,

que vive y reina con el Padre y el Espíritu Santo,

por los siglos de los siglos.

Amén.


El domingo 18 de julio de 2021, tras rezar la oración mariana del Ángelus desde la ventana de su estudio, frente a la Plaza de San Pedro (Ciudad del Vaticano), el Papa Francisco dijo estar cerca del querido pueblo cubano en esos momentos difíciles, especialmente a las familias que más sufren.

"Rezo al Señor que les ayude a construir en paz, diálogo y solidaridad una sociedad cada vez más justa y fraterna. Exhorto a todos los cubanos a encomendarse a la protección maternal de la Virgen María de la Caridad del Cobre. Ella les acompañará en este camino", dijo el Santo Padre. Mientras numerosos fieles -muchos de ellos cubanos- permanecían agrupados en la Plaza de San Pedro.


NUESTRA SEÑORA DE LA CARIDAD DEL COBRE EN LOS JARDINES DEL VATICANO

El jueves 28 de agosto de 2014 fue emplazada una imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre en los Jardines del Vaticano. La ceremonia fue presidida por el cardenal Tarcisio Bertone, ex secretario de Estado Vaticano, participando el arzobispo de Santiago de Cuba y presidente de la Conferencia Episcopal (COCC), Dionisio García Ibáñez; el obispo de Santa Clara, Arturo González Amador y el obispo auxiliar de La Habana, Juan de Dios Hernández-Ruíz. También estuvieron presentes los obispos de Holguín, Emilio Aranguren Echeverría y de Guantánamo-Baracoa, Wilfredo Pino Estévez; así como el obispo emérito de Holguín, monseñor Héctor Peña Gómez.

La imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba que fuera emplazada en los jardines del Vaticano es una réplica que obsequiaran los obispos cubanos al papa Benedicto XVI a mediados del año 2008, cuando comenzaban los preparativos para celebrar el Año Jubilar; durante la visita al Santo Padre, los obispos le hicieron entrega de una imagen realizada en bronce de la Virgen de la Caridad, con el deseo de que fuera expuesta a la devoción de los fieles en el Vaticano.

Los jardines del Vaticano tienen una superficie cercana a las 23 hectáreas -la mayor parte de la colina-, en la zona oeste del Estado Vaticano. Los jardines tienen varias fuentes; césped, flores e incluso un pequeño bosque; esculturas y monumentos; fortificaciones medievales, entre los elementos que se le fueron incorporando desde el siglo IX, hace más de mil años. También hay edificios en uso para las actividades del Estado, como el Palacio de Gobierno y Radio Vaticano.

Hay 16 imágenes marianas, consagradas en forma permanente. En gran parte son devociones americanas: como fuera dicho, Nuestra Señora de la Caridad del Cobre (Cuba); Nuestra Señora de Guadalupe (Tepeyac, México); la Virgen de Suyapa (Honduras); Nuestra Señora de la Antigua (Panamá); Nuestra Señora de Aparecida (Brasil); la Virgen de Copacabana (Bolivia); Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción de Lourdes (Francia), con su gruta característica, que también es devoción en la República Argentina, donde tiene su Santuario en la localidad de Santos Lugares (municipio Tres de Febrero, en la zona noroeste del Gran Buenos Aires).

Ⓒ Enrique F. Widmann-Miguel (IberInfo / Buenos Aires)


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