20 de noviembre: Día de la Soberanía Nacional
“…sin Patria no hay patriotas, ni hay Pueblo sin tradición”
“Quien no recuerda los hechos de la historia de su tierra, no destaca lo trascendente de su país, no honra a la Patria ni venera a los patriotas”
El Día de la Soberanía Nacional se celebra anualmente el 20 de noviembre, conmemorando la Batalla de la Vuelta de Obligado, librada el 20 de noviembre de 1845.
Esta conmemoración fue propuesta en 1974, junto con la repatriación de los restos de don Juan Manuel de Rosas, por el historiador José María Rosa, se concretó en la ley 20770 sancionada por el Congreso de la Nación Argentina ese mismo año.
Con el posicionamiento de los sectores neoliberales, la ley se fue dejando en el olvido, como otras recordaciones que hacen al sentir nacional.
El día 3 de noviembre de 2010, por el decreto 1584, el Poder Ejecutivo Nacional incluyó el 20 de noviembre como Día de la Soberanía Nacional, con carácter de feriado nacional en toda la República Argentina.
Aún hay sectores “oficiales” y “prensa independiente” (o no tanto) que pretenden olvidarlo y optan por pasarlo por alto, junto con los conceptos de Patria y Soberanía, que parecen en desuso en su lenguaje. Pero el aniversario del combate de Vuelta de Obligado, seguirá siendo para los argentinos el Día de la Soberanía.
Con la llegada del "mundo de los negocios y las finanzas" reemplazando el Gobierno Nacional por una estructura de administración financiera neocolonial, no solo cayeron en desuso los términos “Patria” y “Soberanía”, de hecho prácticamente inexistentes en el lenguaje oficial y en los medios de comunicación masiva al servicio del sistema; hasta la cuestión Malvinas dejó de ser un tema relevante. Los “negocios” y las “inversiones” pasaron a ser más significativos.
Pero, más allá de la circunstancial postura de la administración financiera neocolonial, la Soberanía, la Patria, la Nación, sus hechos históricos y sus héroes seguirán teniendo vigencia para los argentinos que lo sean.
BREVE INTRODUCCIÓN
En la batalla de La Vuelta de Obligado el general Lucio Mansilla, comandante de las tropas criollas, cumpliendo órdenes de presidente de la Confederación Argentina, don Juan Manuel de Rosas, enfrentó a una flota naval anglo-francesa que fuera desplazada al territorio nacional para dar soporte a la pretensión extranjera de consolidar el dominio comercial de sus empresas de “negocios”, vendiendo libremente sus productos en los puertos fluviales, reclamando para ello la libre navegación por los ríos Paraná y Uruguay.
La posición nacional sostenía que los ríos de la Plata y Uruguay debían ser considerados interiores, aunque compartidos entre la Argentina y el Uruguay y el río Paraná se consideraba, indudablemente, un río interior de la Confederación Argentina.Siguiendo el modelo europeo, el gobierno de Rosas sostenía que la navegación de los ríos interiores de la Confederación era privativa de los buques nacionales y toda excepción a esta regla debería ser especialmente autorizada por la autoridad nacional; controlándose el comercio exterior a través de la Aduana establecida en el puerto de Buenos Aires, único punto de control efectivo habilitado para esas operaciones, a través del cual legítimamente se comerciaba con el exterior.La pretensión extranjera era contraria a la prohibición nacional de navegar por los ríos interiores.
Con distintos argumentos, desde 1838 en adelante, la flota francesa había cerrado al comercio la ciudad de Buenos Aires y los puertos fluviales de la Confederación Argentina.
Meses antes del hecho de la Vuelta de Obligado, el 18 de septiembre de 1845, los embajadores británico y francés declararon el bloqueo marítimo y fluvial de toda la Confederación Argentina, haciéndolo extensivo a los puertos que ocuparan las fuerzas de Oribe; quedando libres del bloqueo los puertos de las provincias aliadas: Corrientes, gobernada desde mediados de 1844 por Joaquín Madariaga y Santa Fe, donde el general Juan Pablo López había desplazado por la fuerza a Echagüe.
A partir de esa fecha, el 18 de septiembre de 1845 la flota combinada anglo-francesa bloqueó el puerto de Buenos Aires, impidiendo que la flota porteña pudiera dar apoyo al presidente legítimo Manuel Oribe en Montevideo.
De hecho, en el mes de agosto de 1845 la escuadra del almirante Guillermo Brown había sido apresada por la flota anglo francesa.
Uno de los objetivos políticos fundamentales del bloqueo era impedir que la Banda oriental cayera en poder de Rosas y quedara plenamente bajo soberanía argentina.
LA VUELTA DE OBLIGADO
Allí, en las costas y aguas del Río Paraná, en el actual partido bonaerense de San Pedro, el 20 de noviembre de 1845, se batieron con alma y vida las tropas argentinas hasta quedar sin munición, vencidos por la superioridad de las fuerzas invasoras, con maquinaria y armas de la última tecnología naval y militar de la época, como los entonces novedosos barcos de guerra a vapor y los cañones estriados de carga posterior.
La flota anglo-francesa estaba formada con 22 barcos de guerra y 92 buques mercantes. Estaban artillados con 418 cañones, con un cuerpo de 800 tripulantes y combatientes.
Once de los buques de combate de la escuadra anglo-francesa navegaban por el río Paraná desde los primeros días de noviembre; equipados con lo más avanzado de la época. Se desplazaban tanto a vela como con motores a vapor. Parte de ellos estaban parcialmente blindados y todos disponían de grandes piezas de artillería forjadas en hierro, incluyendo cañones estriados de rápida recarga posterior. Entre ellos, cañones de 24 y 36 libras; granadas de acción retardada, shrapnels (primeros obuses de fragmentación antipersona) y cohetes Congreve.
Decía el general Lucio Norberto Mansilla a sus hombres, en la proclama previa a la batalla en la que él mismo resultara herido:
“Milicianos del Departamento del Norte -Valientes soldados federales, defensores denodados de la Independencia de la República y de América
Los insignificantes restos de los salvajes traidores unitarios que han podido salvarse de la persecución de los victoriosos ejércitos de las Confederación y orientales libres, en las memorables batallas de Arroyo Grande, India Muerta y otras, que pudieron asilarse de las murallas de la desgraciada ciudad de Montevideo, vienen hoy sostenidos por los codiciosos marinos de Francia e Inglaterra, navegando las aguas del gran Paraná, sobre cuyas costas estamos para privar su navegación bajo otra bandera que no sea la nacional...
¡Vedlos, camaradas, allí los tenéis...!
Considerad el tamaño insulto que vienen haciendo a la soberanía de nuestra Patria, al navegar las aguas de un río que corre por el territorio de nuestra República, sin más título que la fuerza con que se creen poderosos ¡Pero se engañan esos miserables. Aquí no lo serán! ... ¿No es verdad, camaradas? ¡Vamos a probarlo!...
¡Suena ya el cañón! ¡Ya no hay paz con la Francia ni con la Inglaterra!
¡Mueran los enemigos!...
Trémole en el río Paraná y en sus costas el pabellón Azul y Blanco y vamos a morir todos antes que verlo bajar de donde flamea…”
La principal fortificación argentina se emplazó en la Vuelta de Obligado, lugar donde el río Paraná tiene 700 metros de ancho y un recodo pronunciado, que dificulta la navegación a vela.
El general Mansilla hizo tender tres gruesas cadenas de costa a costa, sobre 24 lanchones; operación que estuvo principalmente a cargo un inmigrante italiano de apellido Aliverti.
Después del bombardeo y al desembarco, las cargas de bayoneta se repitieron y los principales jefes argentinos (incluyendo a Mansilla) fueron heridos en combate.
Los gritos de ¡Viva la Patria! se repetían y en medio del combate, la banda de Música del Regimiento 1 de Patricios, por orden del General Lucio Norberto Mansilla, tocó el Himno Nacional Argentino, coreado a gritos de rabia por los bravos que defendían la posición.
En el río estaban ancladas las naves argentinas: el bergantín “Republicano”, al mando de Tomás Craig (irlandés nacionalizado argentino), cuya misión fuera cuidar las cadenas que cruzaban el río; buque que fuera volado por su tripulación durante el combate, cuando su captura por el enemigo era inminente. Sus restos fueron localizados el 23 de octubre de 2016, mientras se realizaba una recorrida por el río Paraná en tareas de reconocimiento y filmación para el Museo Paleontológico de San Pedro, cuando un equipo de sonar de barrido lateral detectó un “elemento delgado y recto que se hallaba en el fondo del río, en cuya base se podía apreciar un elemento rectangular”.
Acompañaban al "Republicano" los cañoneros “Restaurador” y “Lagos”, que lograron salir indemnes dirigiéndose, tras la batalla, hacia el paso de El Tonelero (actual partido bonaerense de Ramallo, en el noreste de la provincia de Buenos Aires, a unos 30 kilómetros al sur de San Nicolás de los Arroyos.
Otras naves menores que prestaron apoyo fueron unas pocas lanchas cañoneras y algunos lanchones armados.
Del bergantín goleta “Vigilante” que, bajo el comando de Juan B. Thorne, se desplazara a la Vuelta de Obligado conjuntamente con el “Republicano”, previo a la acción del 20 de noviembre de 1845, por no resultar maniobrable el buque, se desmontó su artillería, armándose con ella en tierra la batería “Manuelita”, a cargo del mismo Thorne. La nave resultó destruida en el combate.
El doctor Sabino O´Donnell (Buenos Aires, ca. 1811-íd, 26 marzo 1880), a quienes algunos consideran nuestro primer cronista de guerra, deja un valioso testimonio sobre el combate:
“Hoy he visto lo que es un valiente. Empezó el fuego a las 9 y media y duró hasta las 5 y media de la tarde en las baterías, y continúa ahora entre el monte de Obligado el fuego de fusil (son las 11 de la noche). Mi tío ha permanecido entre los merlones de las baterías y entre las lluvias de balas y la metralla de 120 cañones enemigos. Desmontada ya nuestra artillería, apagados completamente sus fuegos, el enemigo hizo señas de desembarcar; entonces mi tío se puso personalmente al frente de la infantería y marchaba a impedir el desembarco, cuando cayó herido por el golpe de metralla; sin embargo se disputó el terreno con honor, y se salvó toda la artillería volante. Nuestra pérdida puede aproximarse a trescientos valientes entre muertos, heridos y contusos; la del enemigo puede decirse que es doblemente mayor; han echado al agua montones de cadáveres (...)
Esta es una batalla muy gloriosa para nuestro país. Nos hemos defendido con bizarría y heroicidad”
Al día siguiente de la batalla llegarían los doctores Mariano Martínez y Claudio Silva, del Hospital del cuartel de Santos Lugares, enviados por Rosas. Sostendrán una junta médica con O´Donnelll y con el doctor Mariano Marenco y el profesor Cornelio Romero. El informe a Palermo, fué el siguiente:
“El doctor D. Sabino O´Donnell que había asistido al Sr. General desde los primeros momentos, nos hizo la historia de los accidentes que había sufrido y los medios que había empleado para evitar perniciosas consecuencias. El Sr. General Mansilla recibió en la tarde del 20 un golpe de metralla (la que hemos visto y pesa más de más de una libra) en el lado izquierdo del estómago, sobre las distintas costillas, y según hemos reconocido, ha sido fracturada una de estas. Cayó sin sentido, sufrió por muchas horas desmayos, vómitos y otros molestos accidentes que fueron calmando gradualmente; se le ha aplicado un vendaje apropiado para remediar la fractura de la costilla, y se emplean los medios que aconseja el arte”.
Fue una honrosa derrota de las Fuerzas de la Confederación Argentina; pero no fue el fin de la Guerra. La victoria de las fuerzas navales franco-inglesas fue un gran problema, porque forzaron el paso del río Paraná y dominaron todo el río, para proteger sus buques mercantes. Pero no podían avanzar tierra adentro fuera de las costas, comerciando con sus cien buques cargados de mercaderías en los principales puertos de la Mesopotamia, el Paraguay y el Uruguay. El sentimiento de toda la Nación Argentina se oponía a ello.
Por éstos hechos, cada 20 de noviembre los argentinos recordamos en nuestra Patria, el Día de la Soberanía Nacional, en el aniversario del combate de la Vuelta de Obligado.
El anciano General San Martín, desde Francia, envió una carta a Rosas el 11 de enero de 1846, donde le escribía sobre: "...la injustísima agresión y abuso de la fuerza de la Inglaterra y de la Francia contra nuestro país...". Tal fue su sentimiento que en carta anterior a la contienda, ofreció su espada expresando que se subordinaba a Rosas para combatir al enemigo que acechaba y atacaba a nuestra Patria.
Ocho meses después de haber forzado el paso hacia el norte en la Vuelta de Obligado, la campaña anglo francesa se transformó en un total fracaso económico y militar.
El encargado de negocios (chargé d'affaires) de los EE.UU. ante la Confederación Argentina, William Alexander Harris (1805 –1864), escribía desde Buenos Aires a su gobierno: “Esta lucha entre el débil y el poderoso es ciertamente un espectáculo interesante y sería divertido si no fuese porque (…) se perjudican los negocios de todas las naciones”.
Dijo el historiador canadiense Harry S. Ferns (1913-1992): “Los resultados políticos y económicos de esa acción fueron, por desgracia, insignificantes. Desde el punto de vista comercial la aventura fue un fiasco. Las ventas fueron pobres y algunos barcos volvieron a sus puntos de partida tan cargado como habían salido, pues los sobrecargos no pudieron colocar nada”.
El fin de la Guerra del Paraná se logró luego de la derrota de los invasores el 4 de junio de 1846 en el combate de la Angostura del Quebracho, próxima a la localidad actual de Puerto General San Martín, a 35 kilómetros al norte de Rosario de Santa Fe, llevando al cese de las hostilidades por parte de Gran Bretaña y luego Francia.
Poco después, el 13 de julio de 1846, Sir Samuel Tomás Hood, con plenos poderes de los gobiernos de Inglaterra y Francia, presentaba humildemente ante Rosas "el más honorable retiro posible de la intervención naval conjunta". Imponiendo Rosas las condiciones:
- El fin del Bloqueo Naval de Francia e Inglaterra a los puertos argentinos.
- Devolver la Flota Argentina capturada.
- Devolver la Isla Martín García.
- Saludar la Bandera Argentina con 21 cañonazos, por parte de cada una de las Flotas intervinientes.
- Reconocer la Soberanía Argentina y la NO navegación de los ríos interiores.
La Soberanía Nacional volvía a ser sostenida y defendida por el Brigadier Juan Manuel de Rosas, frente a la ambición desmedida de los gobiernos de Gran Bretaña, de Francia y del Imperio de Brasil.
Francia había iniciado unilateralmente en marzo de 1838 el bloqueo al Río de la Plata, manteniéndolo hasta octubre de 1840 (en total, 949 días, más de dos años y medio); acordando luego con Inglaterra la continuación en forma conjunta del bloqueo que fue finalmente levantado por Gran Bretaña en 1847 y por Francia en junio de 1848.
Después de Caseros, en 1857, la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires, declaró "traidor a la Patria" a Juan Manuel de Rosas.
El Diario de Sesiones registra los argumentos del diputado Nicolás Albarellos: "No puede librarse a la Historia el fallo del tirano Rosas ¿Qué dirá la Historia cuando se vea que la Inglaterra ha devuelto a ese tirano los cañones tomados en acción de guerra y saludado su pabellón sangriento y manchado con una salva de 21 cañonazos?"
JUAN MANUEL DE ROSAS
Don Juan Manuel de Rosas falleció en Southampton, Gran Bretaña, el 14 de marzo de 1877. En su testamento, manifestó la voluntad de ser inhumado en el cementerio católico de Southampton, en una sepultura moderada, sin lujo de clase alguna, pero sólida, segura y decente “…hasta que en mi Patria se reconozca y acuerde, por el Gobierno, la justicia debida a mis servicios”.
En el año 1938, en el restaurante “Edelweiss” – el histórico “Zum Edelweiss”, de la zona de Tribunales, en la ciudad de Buenos Aires-, el Instituto Juan Manuel de Rosas comenzó considerar el tema de la repatriación de los restos del brigadier general don Juan Manuel de Rosas.
Don Manuel de Anchorena, descendiente de los Ortiz de Rosas, con militancia desde su juventud en el nacionalismo y el peronismo, comenzó a organizar la repatriación como una necesidad imperativa, un justo desagravio y una reparación histórica. Entre 1974 y 1976 se desempeñó como embajador de la República ante Gran Bretaña designado por el entonces presidente general Juan Domingo Perón, quien impartió la orden expresa de iniciar los trámites de la repatriación, para que los restos del Restaurador de las Leyes retornaran a la Patria.
No fue el gobierno inglés el que obstaculizó el retorno entonces, sino los intereses de unos “argentinos”, entre ellos, algunos enquistados en la estructura política del gobierno de entonces.
Finalmente, tras más de un siglo en territorio inglés, el 30 de septiembre de 1989 llegaron los restos de Rosas al país.
Fueron recibidos por las agrupaciones de gauchos y criollos, de los Centros Tradicionalistas todo el país y de la hermana República Oriental del Uruguay y gente del pueblo, que desde el Puerto de Buenos Aires, sus avenidas y la Plaza de Mayo, en camino hasta su tumba definitiva, rindió el postrer homenaje al símbolo en él personificado de Patria y Soberanía.
Don Manuel de Anchorena encabezó la marcha de más de 5.000 paisanos desde el puerto de Buenos Aires hasta el Cementerio de La Recoleta; donde tras la misa de cuerpo presente, a cargo del R.P. Alberto Ezcurra, descendiente familiar directo, fue llevado a la bóveda de la familia, donde por fin descansa en paz en suelo argentino.
(Archivos IberInfo y “La Gazeta Federal”)
AUDIO
La batalla de La Vuelta de Obligado es el hecho emblemático de la defensa de la Soberanía Nacional y los valores de la Patria y como tal debe estar presente en la memoria de todos los argentinos.
La música y los autores nacionales son parte de los medios que hacen un valioso aporte en esa dirección.
Varias pistas de audio sobre la Vuelta de Obligado, la Patria y la Soberanía Nacional, se podrán escuchar, desde los respectivos enlaces, a los que se acede cliqueando sobre cada título o sobre la imagen que sigue, para el álbum completo:
Los temas que integran la selección son:
DOCUMENTO:
Copia de la Proclama del general don Lucio Mansilla, previa al combate de la Vuelta de Obligado, con su transcripción.
Para su lectura o descarga, cliquear sobre la siguiente imagen:
VIDEO
Sobre la Batalla de la Vuelta de Obligado y la Soberanía Nacional.
Antecedentes históricos y desarrollo hasta los hechos del 20 de noviembre de 1845 en la Vuelta de Obligado, actual partido bonaerense de San Pedro, en el noreste de la provincia de Buenos Aires
(Producción para TV de Canal Encuentro)
Cliquear sobre la imagen para la reproducción: