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Inmigración en Argentina. Día del Inmigrante

Cada 4 de septiembre (*) se conmemora en la República Argentina el Día del Inmigrante, que contribuyera al desarrollo de la compleja y diversa estructura social argentina.

Muchos de quienes nacimos en el territorio argentino, reconocemos en nuestro orígenes al antepasado emigrante y por ello cabe, con mayor razón, recordar el dolor del desarraigo y de la separación familiar, las penurias, sufrimientos y esfuerzo de mujeres y hombres que protagonizaran la emigración europea a tierras americanas; sumando a su valor histórico y emotivo el ejemplo de solidaridad, comprensión e integración en un entramado social de puertas abiertas y no excluyente como el que ofrece la Nación Argentina a todas las personas de buena voluntad.

Cuando en la tierra de origen los hombres ven limitada su participación económica y social, y en consecuencia, el desarrollo individual y familiar, se enfrentan a una situación que los lleva a buscar nuevos y mejores horizontes, con oportunidades alternativas de vida y trabajo, apareciendo entonces el fenómeno de la emigración como puerta de salida y solución para el problema planteado.

La emigración ha sido incluso motivo de inspiración de la expresión creadora de los artistas, que dejaron memoria de ello en sus obras. Ejemplo de ello son las coplas de “El emigrante”, canción que inmortalizara el célebre Juanito Valderrama:


Adiós mi España querida

dentro de mi alma te llevo metida,

y aunque soy un emigrante

jamás en la vida podré yo olvidarte...


llegando a las pantallas cinematográficas en la producción de los años '60, con igual título y con el mismo Valderrama como protagonista, integrando también el elenco Dolores Abril, Trini Calatayud, Curro Carmona, Rafael Castro (entre otros), bajo la dirección de Sebastián Almeida.

Puede verse cliqueando sobre la imagen del póster siguiente:


Entre otras realizaciones cinematográficas que bien tratan el tema, pueden citarse "Gallego" (de 1988, basada en la novela homónima de Miguel Barne, con Sancho Gracia en el rol protagónico y el elenco integrado con Jorge Sanz, Antonio Ferrandis, Alvaro de Luna, Paco Rabal y otros) y "Vientos de agua" (2005, dirigida por Juan José Campanella, con Héctor y Ernesto Alterio, Pablo Rago, Silvia Abascal, el Gran Wyoming, Angie Cepeda y otros).

Buscando mejores horizontes, con ilusión, numerosos españoles salieron de sus pueblos para instalarse en otras tierras, esperanzados en un futuro mejor. Fue así que cruzaron el océano, llamados por algún familiar o amigo que los precediera o por determinación propia, para "hacer las Américas".

Siguiendo sus destinos, tuvieron dos querencias, estando en una, sin olvidar a la otra. Peso a peso y –entonces- peseta sobre peseta, los españoles de América introdujeron mejoras en sus pueblos de origen. Todavía se recuerda en algunas poblaciones de España que parte de lo existente se hizo con recursos recibidos de América.

No fue solo dinero lo que llegara desde tierras americanas, pesando también, en su momento, el aporte cultural. La revista "La Estampa", de Madrid, destacaba en una nota del año 1932 que, en Corporales -pueblo de León-, a los niños se les llamaba "pibes", a la mujer, "china", a la madre, "mi vieja", refiriendo que para esa época había más vecinos del lugar en la República Argentina que en el propio pueblo.

Aún en la actualidad, Buenos Aires puede considerarse como la quinta provincia gallega, por el gran número de personas de ese origen residentes en la capital argentina y alrededores.

Hubo episodios de tendencia de emigración masiva, como el que recogiera la crónica periodística en los primeros años del siglo XX, relacionado con el pueblo de Boada, cerca de La Fuente de San Esteban, aproximadamente a mitad de camino entre Salamanca y Ciudad Rodrigo. Según la crónica, "...Las tierras del Estado en el término de Boada venían siendo usufructuadas por los vecinos, ya para pastoreo ya para otros usos, y este usufructo contribuía grandemente a la vida del pueblo...". Pero las cosas cambiaron, ya que el Estado tomó posesión de las tierras, las vendió, recaudando el importe correspondiente, que retuvo sin entregar al Ayuntamiento local el porcentaje del caso. Este hecho causó malestar en el pueblo y los vecinos llegaron a considerar la posibilidad de emigrar en masa a la República Argentina.

Uno de ellos, en compañía de sus tres hijos, intentó hacerlo; pero en Vigo (Pontevedra) -que fuera el puerto por excelencia de la emigración salmantina-, fue víctima de un fraude que le hizo imposible el viaje. Al volver al pueblo, contó el timo sufrido.

Con el fin de evitar hechos similares,"...el pueblo resuelto a emigrar, acordó dirigirse al presidente de la República Argentina, exponiendole su propósito y pidiéndole protección para realizarlo en buenas condiciones". Firmaron la carta el médico, y los secretarios del Ayuntamiento y del Juzgado. La misiva fue comentada por los medios de prensa y, ante opiniones adversas en España, el encargado de la parroquia, la maestra y el maestro del pueblo, dirigieron otra nota al periódico ‘El Imparcial’, en la que sostenían, entre otros términos "...que cuando en el país propio hay carencia de medios para trabajar, no es contrario al patriotismo emigrar a otro en que pueda uno conseguirlo...".

Aún hasta 1928, en barcos de diversas nacionalidades las literas de tercera clase no llevaban sábanas; únicamente una o dos mantas. En algunos casos, el emigrante solo disponía de jergones de paja rotos, sin sábanas ni fundas de almohada; proporcionándosele mala comida y sufriendo la falta de ventilación del lugar en que viajaba.

En general, las condiciones de los buques mejoraron notablemente en la década de 1920. En 1924, la compañía Red Star Line inauguró con el vapor "Gothland" un servicio exclusivo de pasajeros de clase única, sin distinción de categorías, con precio del pasaje similar al que cobraban otras compañías en tercera clase. La Compañía Hamburgo-Sud Americana anunciaba en el diario "La Prensa", de Buenos Aires, del domingo 14 de diciembre de 1924, a su novísimo barco "Monte Sarmiento", destinado al transporte de pasajeros de tercera clase, en el que "...los trabajadores viajan como los utopistas suponían vivirán en el año 2000...".

En 1930, Ibarra y Compañía, promocionaba el viaje inaugural del "Cabo San Antonio", dotado de dos motores diésel, que realizaba la travesía Cádiz-Río de Janeiro en once días, brindando en la tercera clase camarotes de dos, cuatro y seis plazas, todos sobre la cubierta principal, provistos de colchones y ropas en perfectas condiciones. En esa época, también cubrían la línea Mediterráneo-Brasil-Río de la Plata las motonaves "Cabo Santo Tomé" y "Cabo San Agustín", de la misma empresa.

Aunque en general, los emigrantes españoles carecían de recursos económicos, fue destacable su apego al trabajo, su iniciativa y su capacidad de integración. Llegando a destacarse en los países de acogida, en los que crearon verdaderos sistemas de seguridad social y ayuda mutua, tales como sociedades de socorros mutuos y beneficencia, hospitales, centros y hogares de ancianos, convirtiéndose en legítimos precursores de una red social, apoyada en vínculos solidarios.

El colectivo español en América -especialmente en la República Argentina- se ha integrado progresivamente al país receptor, sin perder sus señas de identidad.

No fue la mayor parte de los emigrantes la que hizo fortuna en tierras americanas; muchos no lograron más que lo necesario para vivir. Algunos regresaron; otros quedaron definitivamente en éste lado del Atlántico, sin tener la dicha de poder volver a ver el pueblo del que salieran. Todos ellos, tanto lo que retornaron, como los que nunca pudieron volver, dejaron plantado algo de España en tierra americana.

Sirva lo expuesto como sincero y merecido homenaje a todos los españoles que, enfrentando el dolor y las penas de la emigración, llegaran a radicarse en lejanas tierras, contribuyendo a la creación de una cultura solidaria, sin olvidar a aquellos que, habiendo permanecido en la tierra de origen, mantuvieran vivas sus imágenes en la memoria, teniendo siempre presente a los ausentes.


(*) DÍA DEL INMIGRANTE. Antecedentes.

Desde los primeros años de vida institucional los gobiernos argentinos consideraron el fomento de la inmigración. La primera norma legal al respecto, fue la que dictara el Primer Triunvirato, con la firma de Bernardino Rivadavia, el 4 de septiembre de 1812, regulando sobre la llegada de extranjeros al país.

Bernardino Rivadavia, nacido en Buenos Aires el 20 de mayo de 1780, falleció en Cádiz el 2 de septiembre de 1845 y su casa en la capital gaditana (C/. Presidente Rivadavia, 3) aún se conserva. En ella tiene sede el Consulado de la República Argentina en la capital gaditana.

Al promediar el siglo XIX, Argentina era un país despoblado. En 1869, su población era poco más de un millón y medio de habitantes. La Constitución de 1853, que recogiera ideas de Juan Bautista Alberdi, estableció derechos para todos los habitantes, sin distinción de nacionalidad y fomentó la inmigración, siendo uno de los objetivos poblar el territorio nacional y transformar la sociedad. Desde entonces comenzaron a arribar en forma organizada diversos grupos migratorios, mayoritariamente procedentes de ultramar.

Actualmente, el 4 de septiembre, cada año se conmemora el Día del Inmigrante en la República Argentina, brindando expreso reconocimiento a la importancia de la inmigración en la composición de la estructura social argentina.

Por tal motivo, en estos días se realizan diversos actos conmemorativos.

Destacan entre ellos, la Fiesta Nacional del Inmigrante que, se celebra en Oberá, provincia de Misiones, población cercana a las repúblicas del Paraguay y Federativa del Brasil, donde conviven en armonía numerosas colectividades, manteniendo sus costumbres y tradiciones, teniendo como centro el Parque de las Naciones, en cuyas doce hectáreas de superficie se levantan construcciones con características propias de cada país representado, con espectáculos de danza y música, oferta gastronómica y muestras culturales diversas.

En la provincia de Buenos Aires, el Día del inmigrante tiene su eje en la localidad de Berisso, vecina a la capital provincial, La Plata.

La Fiesta del Inmigrante se celebra en Berisso desde 1976 y, en 1978, el Gobierno provincial declaró a ésta ciudad "Capital Provincial del Inmigrante" y su municipio proclamó a la fiesta como de Interés Municipal. Anualmente -generalmente a lo largo del mes de septiembre- se realizan las actividades festivas con la participación de las delegaciones representativas de las comunidades residentes en la zona y otras llegadas de distintos lugares.


LA FECHA

Cada 4 de septiembre se conmemora en la República Argentina el Día del Inmigrante, recordando que la primera norma regulatoria sobre llegada de extranjeros al pais, fue la que dictara el Primer Triunvirato, ese día del año 1812.

Al promediar el siglo XIX, Argentina era un país despoblado. En 1869, su población era poco más de un millón y medio de habitantes. La Constitución de 1853, que recogiera ideas de Juan Bautista Alberdi, estableció derechos para todos los habitantes, sin distinción de nacionalidad y fomentó la inmigración, siendo uno de los objetivos poblar el territorio nacional y transformar la sociedad. Desde entonces comenzaron a arribar en forma organizada diversos grupos migratorios, mayoritariamente procedentes de ultramar.

La emigración suiza fue la primera corriente migratoria organizada que llegara la República Argentina, a partir de la sanción de la Constitución Nacional. Formadores de las primeras colonias agrícolas, la actual ciudad de Esperanza, en la provincia de Santa Fe, es una población emblemática al respecto.

Actualmente, el 4 de septiembre, cada año se conmemora el Día del Inmigrante en la República Argentina, brindando expreso reconocimiento a la importancia de la inmigración en la composición de la estructura social argentina.



VIDEO:

Inauguración del Hotel de Inmigrantes. Enero de 1911

Entre 1908 y 1911 fue construido el último Hotel de Inmigrantes de Buenos Aires. Sobre un predio de 6 hectáreas en Puerto Nuevo, contiguo a la Dársena Norte, tenía su propio desembarcadero, cuya construcción finalizara en 1908.

Contaba con diversos pabellones, incluyendo depósito de equipajes, hospital, oficina de correos y telégrafos, entre otras dependencias.

Fue inaugurado en enero de 1911, asistiendo el entonces presidente de la Nación Roque Sáenz Peña.

El video, realizado por la Casa Lepage, de Max Glucksmann, es un documento fílmico que resguarda el Archivo General de la Nación Argentina

Se puede ver cliqueando sobre la siguiente imagen:

BIBLIOTECA:

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Ⓒ Enrique F. Widmann-Miguel (IberInfo / Buenos Aires)

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