10 de junio: Día de la afirmación de los Derechos Argentinos sobre las Islas Malvinas
Cada 10 de junio la República Argentina recuerda la fecha de creación, en 1829, de la Comandancia Política y Militar de las Islas Malvinas y las adyacentes al Cabo de Hornos por parte del Gobierno de la provincia de Buenos Aires.
Desde su independencia de España, el Gobierno Argentino, en su condición de heredero de los territorios australes y los espacios marítimos circundantes que habían pertenecido a la Metrópoli, ejerció sus derechos de manera permanente, procediendo, al dictado de las normas y el establecimiento de las estructuras jurídicas y administrativas que consolidaran el ejercicio de su soberanía, fomentando el desarrollo de actividades comerciales, el establecimiento de población y una oficina administrativa local.
Las Malvinas habían sido tomadas formalmente bajo posesión argentina el 6 de noviembre de 1820.
La culminación de este proceso fue el dictado del Decreto estableciendo la Comandancia Cívica Militar de Malvinas, cargo para el que fuera designado D. Luis Vernet.
El 10 de junio de 1829, siendo gobernador interino de Buenos Aires don Martín Rodríguez (Buenos Aires, 4 de julio de 1771 - Montevideo, 5 de marzo de 1845) se creó, por decreto, la comandancia política y militar de las islas Malvinas. El decreto lleva las firmas de Martín Rodríguez y del entonces ministro de Relaciones Exteriores y Gobierno, Salvador María del Carril; refrendado por Francisco Pico (h).
Su texto es el siguiente:
“Buenos Aires. 10 de junio de 1829.
Cuando por la gloriosa revolución de 25 de Mayo de 1810 se separaron estas provincias de la dominación de la Metrópoli, la España tenía una porción material de las Islas Malvinas y de todas las demás que rodean el Cabo de Hornos, incluso la que se conoce bajo la denominación de Tierra del Fuego, hallándose justificada aquella porción por el derecho de primer ocupante, por el convencimiento de las principales potencias marítimas de Europa, y por la adyacencia de estas Islas al continente que formaba el Virreinato de Buenos Aires, de cuyo Soberano dependían. Por esta razón habiendo entrado el Gobierno de la República en la sucesión de todos los derechos que tenía sobre estas provincias la antigua Metrópoli y de que gozaban sus virreyes, ha seguido ejerciendo actos de dominio en dichas islas, sus puertos y costas; a pesar de que las circunstancias no han permitido hasta ahora dar a aquella parte del territorio de la República la atención y cuidados que su importancia exige. Pero siendo necesario no demorar por más tiempo las medidas que puedan poner a cubierto los derechos de la República haciéndole al mismo tiempo gozar de las ventajas que pueden dar los productos de aquellas islas y asegurando la protección debida a su población, el Gobierno ha acordado decretar: Artículo 1º. Las Islas Malvinas y las adyacentes al Cabo de Hornos en el Mar Atlántico serán regidas por un comandante político y militar nombrado inmediatamente por el Gobierno de la República. Artículo 2º. La residencia del comandante político y militar será en la Isla de la Soledad y en ella se establecerá una batería bajo el pabellón de la República. Artículo 3º. El comandante político y militar hará observar por la población de dichas islas, las leyes de la República y cuidará en sus cartas de la ejecución de los reglamentos sobre pesca de anfibios. Artículo 4º. Comuníquese y publíquese. Martín Rodríguez - Salvador María del Carril - Está conforme. Francisco Pico”
El 3 de enero de 1833 las autoridades y los pobladores argentinos de las Islas fueron expulsados por el Reino Unido mediante el uso de la fuerza, procediendo, a partir de entonces, las ilegítimas autoridades británicas a ejercer un férreo control migratorio con la finalidad de configurar una población a la medida de sus pretensiones coloniales. La República Argentina nunca consintió tal despojo territorial.
A pesar del tiempo transcurrido y de las innumerables invitaciones al diálogo de la República Argentina, el Reino Unido se niega a reanudar las negociaciones de soberanía. Negociaciones - que en cumplimiento de la Resolución 2065 (XX) de las Naciones Unidas - desde 1966 y durante 17 años llevaron a que las Partes consideraran diferentes alternativas para resolver la disputa. Londres no dudó en aquel tiempo negociar la cuestión de fondo con Argentina, inclusive con dictaduras.
Resulta incomprensible e inadmisible su posterior negativa a volver a la mesa de negociaciones con sucesivos Gobiernos democráticos.
La Argentina no está sola en su reclamo. América Latina y el Caribe respaldan firmemente los legítimos derechos de la República Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes. Como muestra concreta de tal solidaridad, en marzo de 2015 los cancilleres de Uruguay y Cuba y el vicecanciller del Perú, en representación de las Presidencias Pro Tempore del MERCOSUR, CELAC y UNASUR, expresaron el sólido respaldo regional ante el Secretario General de la ONU, el Presidente del Comité Especial de Descolonización y los Representantes de los Estados que integran el mismo.
La Causa Malvinas se proyecta más allá de la región. En una contundente muestra de solidaridad Sur-Sur, en la III Cumbre América del Sur - África celebrada en Malabo, Guinea Ecuatorial (2013), las 54 naciones de África, que sufrieran el colonialismo en carne propia, expresaron su unánime respaldo a los derechos de soberanía argentinos.
A ello se agregan los numerosos y permanentes pronunciamientos de múltiples organismos y foros internacionales que insisten en renovar el llamamiento a ambas partes a reanudar las negociaciones para poner fin, de manera pacífica y justa, a la disputa de soberanía, entre los que se destacan la Organización de las Naciones Unidas, el Grupo de los 77 y China, las Cumbres Iberoamericanas y las Cumbres de Países Sudamericanos y Árabes (ASPA), así como la Organización de los Estados Americanos pronunciándose reiteradamente a favor de la reanudación de las negociaciones.
La Comunidad Internacional se ha pronunciado clara y firmemente respecto a la forma de alcanzar una solución a la disputa de soberanía. Sin embargo, en lugar de cumplir con sus obligaciones internacionales, el Reino Unido organizó en marzo del año 2015 una votación entre los pobladores que ese país implantó en las Islas Malvinas para preguntar sobre cuestiones que pretenden tergiversar la verdadera condición jurídica en que se encuentran las islas. Esa votación, sin sustento en ninguna de las 40 Resoluciones de la ONU sobre la Cuestión Malvinas, no altera la naturaleza bilateral de la disputa de soberanía ni releva a ese país de cumplir con la obligación que el derecho internacional le impone de resolver pacíficamente la controversia que mantiene con la Argentina mediante la reanudación de negociaciones. Dicha maniobra política, no avalada por las Naciones Unidas ni reconocida por ningún gobierno, ha sido expresamente rechazada por el MERCOSUR, UNASUR y el ALBA.
La negativa al diálogo encubre, asimismo, una injustificada presencia militar británica en el Atlántico Sur, así como la ilegítima apropiación de recursos naturales renovables y no renovables. Cuestiones estas que generan una creciente preocupación en la comunidad internacional, conforme ha sido expresado, entre otros foros, por la Cumbre Ministerial de los países de la Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur, celebrada en enero de 2013, en Montevideo, Uruguay.
La obstinada intransigencia británica no sólo desoye las citadas exhortaciones de la comunidad internacional, sino que incumple la obligación que pesa sobre todos miembros de la ONU, de resolver pacíficamente las disputas internacionales. La condición del Reino Unido de Miembro Permanente del Consejo de Seguridad no sólo no lo exime de sus obligaciones internacionales, sino que más aún, tal asiento y los privilegios que conlleva le demanda una responsabilidad especial como garante de la paz y seguridad internacional, responsabilidad que deserta al rehusar al diálogo con la República Argentina.
Con la llegada del neocolonialismo a la administración de la República, no solo cayeron en desuso los términos “Patria” y “Soberanía”, de hecho prácticamente inexistentes en el lenguaje oficial y en los medios de comunicación masiva; sino que, además, oficialmente – según la ex titular de Relaciones Exteriores, la hispano argentina Susana Malcorra-, “Malvinas ya no es el tema principal con Gran Bretaña" (ver también aquí)
En esa etapa, los “negocios” y las “inversiones” pasaron a ser “más significativos”.
Por otra parte, en el año 2016, un mes y medio después de que la ONU aprobara extender la plataforma marítima de la Argentina, la petrolera británica Rockhopper Exploration Plc, que opera con varias licencias en la zona contigua a las islas, reveló el hallazgo de un "yacimiento de clase mundial" en el área marítima Sea Lion, al norte de las Islas Malvinas, estimando que la cuenca tiene un potencial de unos 1.000 millones de barriles.
Desde la óptica de “los negocios” y las “utilidades”, Patria y Soberanía no son funcionales e incluso se considera que "las Malvinas serían un déficit adicional para el país" (Maurizio Macri, 1997) , según una opinión de esas que influyen para que las islas vayan “perdiéndose” incluso en los mapas oficiales; instalando gráficamente, mediante “operaciones de comunicación”, la imagen de la Argentina sin Malvinas.
Detalles: cliquear sobre cada una de las siguientes imágenes:
En memoria de aquellos patriotas y pioneros que fueron expulsados de nuestra tierra en 1833 por un invasor que reclamaba territorios a 14 mil kilómetros de distancia, la Nación Argentina debe reiterar e insistir en su derecho inalienable sobre las islas y la firme disposición a reanudar las negociaciones con el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte a la que exhortan las Naciones Unidas para dar punto final a esta tan inaceptable como anacrónica situación colonial.
Enrique F. Widmann-IberInfo / Buenos Aires