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El Cortijo del Fraile, García Lorca y “Bodas de Sangre”

El Cortijo del Fraile está situado en el interior del Cabo de Gata, a unos 6,5 kms. de la costa del mar Mediterráneo, al sureste de Níjar (provincia de Almería), entre las localidades de Albaricoques y Rodalquilar.




Se llega al cortijo desde una u otra localidad, a través de la carretera ALP-824, un pintoresco camino de desierto, bordeado de agaves. (1)

Construido en el siglo XVIII por los frailes dominicos, fue conocido como el "Cortijo del hornillo" porque en el patio central tenía un gran horno, utilizado para hacer pan.



En 1836, por aplicación de las leyes de desamortización (2), pasó al patrimonio estatal, siendo posteriormente subastado, convirtiéndose en propiedad privada.

Es famoso por el crimen que ocurrió en sus inmediaciones, el llamado "Crimen de Níjar", ocurrido el 23 de julio de 1928.

Allí vivía un hombre mayor, que lo arrendara durante muchos años y con él lo hacía su hija, Francisca Cañada Morales “Paquita”, protagonista del hecho.



Contaba entonces 20 años y desde dos años antes mantenía relaciones don Casimiro Pérez Pino, jornalero en otro cortijo de la zona.

A los veintitrés meses de la relación, comenzó a hablarse de boda, que contaba con la conformidad de los familiares de la joven, a tal punto que aportaron como dote la suma de 15.000 pesetas.

Se fijó como fecha de la boda el día lunes 23 de julio de 1928 y se realizaría en la iglesia de la barriada de Fernán Pérez, en la almeriense comarca de Níjar.

Para salir al amanecer con dirección a la iglesia, los allegados e invitados acordaron reunirse en el mismo cortijo a partir del anochecer del domingo, día 22. Los familiares y los invitados más íntimos organizarían los preparativos de la boda, participando en el adorno de la cocina del cortijo –donde se habría de celebrar una gran comida- y el baile de tornaboda (3), al regresar de la iglesia. Entre los que allí se reunieron estaba el novio, Casimiro Pérez Pino.


Otro de los que llegó al lugar, fue el primo de la novia, Francisco Montes Cañada, quien entonces vivía en un cortijo próximo.

A la llegada de éste, los novios hablaban en la cocina, apartados de los demás. Francisco se sentó cerca de ellos, esperando la oportunidad de poder hablar con su prima, a solas y cuando pudo hacerlo, le propuso en rápido diálogo fugarse juntos; propuesta que fue por ella aceptada.



Con gran aplomo, tras el diálogo con su primo, siguió ella hablando con el novio y con los invitados que ya estaban allí. Bien entrada la noche, le propuso al novio que se retirara a descansar a una de las habitaciones del cortijo mientras ella, en otra, ultimaba los preparativos de la ropa que vestiría en la ceremonia.

Esa madrugada, horas antes de que se celebrara su boda, la novia, Francisca Cañada Morales, dejó plantado a su novio, Casimiro Pérez Pino, huyendo con su primo Francisco Montes Cañada a lomos de mula, hacia el noroeste. Salió por la puerta posterior del cortijo, donde la esperaba su primo, montado a caballo. La alzó a la grupa del animal y, al trote lento, primero, que luego se hizo galope, se alejaron del cortijo.



No se sabe quien advirtió la ausencia de la novia y del primo. El hecho es que poco antes del amanecer, cuando se organizaba la comitiva, se comprobó que la novia no estaba presente.

Gran revuelo, comentarios con malicia, mientras algunos se abocaban a la búsqueda de los desaparecidos por los graneros y dependencias apartadas de la casa.

En el camino de la Serrata, cuando habían avanzado unos ocho kilómetros, Francisco Montes cayó muerto a tiros. Ella consiguió salvarse haciéndose la muerta.

En diligencias posteriores, Francisca Cañada Morales contó que cuando ella y su primo llevaban recorridos unos cuatro kilómetros, les salió al paso un individuo enmascarado, armado con una pistola, que se abalanzó sobre ellos tratando de detener al caballo. Éste, hostigado por su jinete, que trataba de derribar al enmascarado y por éste, que lo sujetaba por las narices, se encabritó.

Sujeta a la cintura de su primo, Francisca Cañada Morales escucho cuatro disparos, cayendo Francisco Montes Cañada, a la vez que la arrastraba en la caída. Perdió el conocimiento, sin saber por cuanto tiempo estuvo así y, al recuperarlo, pudo ver que su primo estaba muerto. Quiso irse de allí, pero unos treinta metros más adelante volvió a perder el conocimiento.



Al volver en si, pudo ver que varias personas, entre ellos el hermano del fallecido, rodeaban el cuerpo inerte.

La primera sospecha recayó sobre el novio, aunque podo después comenzó a asegurarse que cuando los fugados se alejaban del cortijo, fueron vistos por el hermano del novio, José Pérez Pino y su esposa, diciéndose que fue éste quién les salió al encuentro y, exasperado por la burla de que se hacía objeto a su hermano, dio muerte a Francisco Montes Cañada.

El novio negó toda participación en el hecho y, tras las primeras diligencias, fueron detenidos José Pérez Pino y su esposa.

El hecho inspiró a Federico García Lorca para la creación de su obra “Bodas de Sangre”. Lorca adaptó el esquema del drama real al desarrollo de los hechos, de los que tuviera conocimiento por la prensa, aunque hay diferencias entre lo ocurrido y la obra.

Entre otras, en “Bodas de sangre” la fuga se produce después de la boda, mientras que en la historia real todavía faltaban unas horas para la ceremonia, que se celebraría el día siguiente en la localidad de Fernán Pérez (al norte del cortijo). Leonardo, el personaje de la obra, era un hombre casado, mientras que Francisco Montes era soltero, si bien tenía novia. En la obra de Lorca, mueren ambos, el novio y Leonardo, como consecuencia de mutuos navajazos; en el hecho real, sólo murió Francisco Montes Cañada, primo de “Paquita”, con tres balazos en la cabeza disparados por Francisco Pérez Pino, hermano de Casimiro. Francisco Pérez Pino era cuñado de “Paquita”, ya que estaba casado con Carmen, hermana de la novia.

Pérez Pino, al que rápidamente apodaron "El Criminal", pasó siete años en la cárcel, de donde salió para morir poco después a consecuencia del tifus que contrajera.

“Paquita” dejó el cortijo del Fraile (donde vivía) y se fue a vivir con una sobrina a una casita de El Hualix, en tierras heredadas de su padre. A pocos metros de ella vivió hasta su muerte su hermana Carmen, a quien ninguno de la familia volvió a dirigir la palabra casi hasta el final de su vida.

Francisca Cañadas Morales, falleció a los 84 años, en la madrugada del 9 de julio de 1987 en Níjar, a causa de una arteriosclerosis cerebral, debida a lo avanzado de su edad.

En una casita blanca, a las afueras del pueblecito costero de San José, muy cerca del Cabo de Gata, a unos 25 kilómetros de distancia de El Hualix, fue a vivir Casimiro Pérez Pino, el frustrado novio que nunca volvió a encontrarse con “Paquita”; haciéndolo junto a Josefa Segura, la mujer a la que se unió muchos años después de la tragedia. Casimiro y Josefa tuvieron dos hijos.


Referencias:

(1) Agave: Especie vegetal con la raíz, el tallo o las hojas engrosados, haciendo posible el almacenamiento de agua en cantidades muy superiores a otras plantas; adaptación que les permite mantener reservas de agua durante períodos prolongados y sobrevivir en entornos áridos y secos, donde otras especies no pueden desarrollarse. El aloe vera es una de ellas y, entre otros lugares, se han naturalizado en las costas del Mediterráneo.


(2) La desamortización fue un largo proceso histórico, económico y social que se desarrolló en España desde fines del siglo XVIII, con la “Desamortización de Godoy” (1798), extendiéndose hasta el siglo XX (16 de diciembre de 1924). En forma resumida, consistió en poner en el mercado, previa expropiación forzosa, mediante subasta pública, las tierras y bienes que hasta entonces no se podían enajenar, encontrándose en poder de las llamadas “manos muertas” (la Iglesia Católica y las órdenes religiosas) que los habían acumulado como habituales beneficiarias de donaciones, testamentos y ab intestatos— y los llamados baldíos y las tierras comunales de los municipios, que servían de complemento para la precaria economía de los campesinos. El objetivo era obtener ingresos extraordinarios para amortizar los títulos de deuda pública.


(3) Tornaboda: festejo que acostumbraba a realizarse una vez celebrada la boda, tras regresar de ella.

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